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"Nos acostumbramos al horror: Salud mental en tiempos de matanzas y extorsión"

  • Foto del escritor: Aldana Regalado Mujica
    Aldana Regalado Mujica
  • 16 abr
  • 2 Min. de lectura
  • "En un país donde la violencia y la extorsión se ha vuelto rutina, cuidar nuestra salud mental no es un lujo: es un acto de resistencia y supervivencia."

Calles tomadas por el pueblo
Foto de Multimedia de Wix

En los últimos meses, nuestra capital ha sido escenario de una alarmante ola de extorsiones y atentados. Este panorama ha expuesto una realidad de libertinaje y violencia, en la que miles de peruanos viven sumidos en un constante temor: miedo a perder a un ser querido o incluso a perder la propia vida.


¿Cómo afecta esta inestabilidad social a nuestra salud mental?


Desde mi experiencia en consulta, puedo afirmar que todo cambio repentino genera un movimiento en la estabilidad emocional, algo que se evidencia en el día a día de las personas.

Por ejemplo, cada mañana los noticieros muestran sin reparos imágenes explícitas de crímenes cometidos a sangre fría. Aunque conscientemente no lo notemos, estas imágenes impactan a nivel inconsciente, predisponiendo a nuestro cuerpo y mente a estados de angustia, temor, cansancio, irritabilidad, enojo, tristeza, entre otros.


Esto funciona como una cadena. El ciudadano de a pie debe salir a trabajar, muchas veces ignorando lo que sucede a su alrededor para no verse afectado... pero, ¿realmente no nos afecta?


Por supuesto que sí. Se nota en la forma en que interactuamos con nuestros compañeros, jefes o personal a cargo dentro de un entorno laboral. La mente es poderosa, pero también muy vulnerable ante los estímulos negativos que recibimos a diario. Basta con una pequeña situación detonante —como una mala noticia, una discusión o incluso un comentario agresivo— para que todo nuestro equilibrio emocional se desestabilice. Es como estar atrapados en un círculo o un laberinto mental: podemos aparentar estar bien, pero basta un mínimo estímulo para que emerja el caos interior que hemos estado conteniendo.


Muchas personas, al no verse directamente afectadas, han llegado a normalizar ciertos niveles de violencia, como mecanismo de defensa para evitar agobiarse ante la dura realidad del entorno. Pero, ¿qué pasa con quienes sí alzan la voz?

Ellos son más propensos a desarrollar traumas o problemas emocionales, ya que enfrentan la realidad de forma directa y muchas veces no cuentan con el apoyo necesario para sobrellevarla. Las extorsiones y matanzas diarias se han vuelto parte del paisaje noticioso, y aunque estas personas exigen respuestas, las autoridades no actúan con la rapidez o contundencia que la situación demanda.


¿Cómo proteger nuestra salud mental en medio del caos y extorsión?


Aunque no podamos controlar el entorno, sí podemos aplicar herramientas psicológicas para fortalecer nuestro bienestar emocional:

  • Regular el consumo de noticias

Según Daniel Goleman (1995), la sobreexposición a contenidos negativos activa constantemente el sistema límbico, generando ansiedad. Por eso, es recomendable limitar el tiempo frente a noticias violentas.
  • Expresar emociones en un espacio seguro

Carl Rogers, desde la Psicología Humanista, plantea que hablar desde la autenticidad en un entorno empático facilita la liberación emocional y el bienestar psicológico.
  • Buscar momentos de autorregulación

Incorporar prácticas de autocuidado y relajación para romper ciclos de pensamientos negativos y estados de alerta constante.

 

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