Las incógnitas del cuerpo humano que la evolución aún no logra resolver
- Josué David Chávez Rodríguez
- 23 jul
- 3 Min. de lectura
Aunque gran parte de nuestra anatomía tiene un origen evolutivo claro, existen ciertas características como el mentón humano o el tamaño de los testículos que siguen siendo un enigma para la ciencia.


El cuerpo humano, tal y como lo conocemos, es producto de millones de años de evolución. Desde la complejidad de nuestras células hasta la estructura del esqueleto, cada elemento ha sido esculpido por diversos procesos adaptativos. Sin embargo, no todas las partes del cuerpo tienen una explicación sencilla.
Max Telford, biólogo evolutivo y profesor de Zoología y Anatomía Comparada en el University College de Londres, expone en su libro ‘El árbol de la vida’ algunas de estas anomalías. Si bien la evolución ha logrado explicar transformaciones como la aparición de la leche en los mamíferos o la forma de nuestras extremidades, aún hay estructuras de nuestro cuerpo cuya función sigue sin estar clara.
Una cuestión de tamaño (testicular)
Un ejemplo interesante lo ofrecen los testículos de los primates. En proporción al peso corporal, los humanos tienen testículos tres veces más grandes que los de un gorila, pero cinco veces más pequeños que los de un chimpancé. Una diferencia que ha sido vinculada con los sistemas de apareamiento de cada especie.
En especies donde los machos compiten por un harén exclusivo de hembras, como los gorilas o los colobos, el tamaño de los testículos tiende a ser pequeño: porque no hay necesidad de producir grandes cantidades de esperma. En cambio, en especies promiscuas donde varias hembras se aparean con varios machos; como los chimpancés, macacos o bonobos, los testículos tienden a ser grandes para incrementar las probabilidades de ser el macho que garantice la supervivencia de sus genes por medio de la fecundación.
“Si analizamos la rama mamífera del árbol de la vida, encontramos que muchos grupos de mamíferos han desarrollado testículos de diferentes tamaños. En casi todos estos casos, se encuentran testículos más grandes en las especies promiscuas y más pequeños en las monógamas”, explicó el biólogo evolutivo y profesor de Zoología y Anatomía Comparada en el University College de Londres, Max Telford, para The Conversation.
Este patrón se repite en distintas ramas del árbol evolutivo y se conoce como evolución convergente. Por ello se ha podido establecer una correlación entre promiscuidad y tamaño testicular en los mamíferos. En este contexto, los humanos ocupan una posición intermedia, lo que delata una historia reproductiva compleja y matizada por parte de nuestra especie.

El misterio del mentón
Otro caso más desconcertante es el del mentón. El Homo sapiens es la única especie conocida que lo posee. Existen múltiples hipótesis sobre su origen: podría haber surgido como refuerzo mandibular, como rasgo sexual secundario o como consecuencia de una dieta más blanda tras la invención de la cocina.
“El mentón humano ha sido terreno fértil para las discusiones científicas sobre su propósito. Al igual que con los testículos, existen media docena de ideas plausibles para explicar su evolución”, comentó Max Telford para The Conversation.
Pero a diferencia del caso testicular, el mentón no presenta ejemplos de evolución afín en otras especies. Esto limita las posibilidades de comparación y verificación, dejando sin una explicación concreta su presencia en nuestra especie.
El cuerpo humano: un rompecabezas biológico
La anatomía humana está llena de pistas sobre nuestro pasado evolutivo, pero también de misterios. Tal vez, como señala Telford, ciertas características del ser humano no fueron diseñadas para una función precisa, sino que son el resultado de caminos evolutivos accidentales.
“Los humanos, por ejemplo, éramos animales antes de convertirnos en vertebrados; mamíferos antes de evolucionar a primates, y así sucesivamente”, mencionó Telford, para The Conversation. “Pero la evolución convergente se vuelve útil cuando la consideramos como una especie de experimento natural.”
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