Mamá Almendra: Cuando el querer cuidar de tus hijos se vuelve un peligro
- Adrianna Muro león
- 30 may
- 3 Min. de lectura
La obsesión de las madres por la "buena imagen" pueden transmitir trastornos alimentarios a sus hijos e inducirlos a la obesofobia.

La obsesión por la belleza donde el temor a subir de peso o el querer cumplir con los exigentes parámetros de persona hermosa de la clásica "figura esbelta" o ''bien proporcionada'', hace que muchas mujeres y hombres sigan rigurosas dietas, sobre todo de sus ídolos, actores o modelos que les gusta, muchas de ellas tan extremas que provoca el déficit nutricional innecesario para el cuerpo. Pero a veces no solo afecta a quien lo realiza, sino también a aquellos que están detrás observando, que son los hijos.
Hace un tiempo se hizo viral un capítulo del reality show estadounidense The Real Housewives of Beverly Hills, en el que la exmodelo Yolanda Hadid conversaba con su hija, Gigi Hadid. Las redes sociales estallaron debido a la controversia generada por los consejos alimenticios que Yolanda le dio a su hija, lo que llevó a que muchos la apodaran "mamá almendra" (Almond Mom).
Todo ocurrió cuando Gigi le comentó a su madre que se sentía mal y que solo había comido una almendra en todo el día. Ante esto, Yolanda le respondió: “Toma un par de almendras y mastícalas muy bien”. Esta recomendación fue duramente criticada por los seguidores del programa, ya que parecía evidenciar un control excesivo sobre la alimentación de su hija. Por ello, muchos comenzaron a llamarla "almond mom" o "mamá almendra".
¿Qué es una Mamá Almendra?
Según el centro especializado en desordenes alimenticios, Chance Create Change Eating Disorder Care, una mamá almendra es una madre que proyecta sus propios trastornos alimentarios en sus hijos disfrazado de salud, bienestar y disciplina. Esto puede incluir dietas restrictivas, comer solo alimentos "limpios" y "saludables", y puede conducir a trastornos alimentarios como anorexia, bulimia u ortorexia.
Esto quiere decir que una mamá almendra impone hábitos alimentarios pocos saludables y expectativas hacia su peso que al final se vuelve dañino, comiendo supuestos alimentos que te hacen bien pero que no constituyen una dieta balanceada para adquirir los nutrientes que el cuerpo necesita.
El ser una "mamá almendra" se puede relacionar con la ortorexia. Según el Centro de Tratamiento de Trastornos Alimentarios lo define como un trastorno obsesivo por llevar una alimentación sana. Consiste en eliminar el consumo de alimentos que no son considerados "puros" o sanos evidenciándose en la necesidad de controlar y verificar el origen del alimento como por ejemplo si usan pesticidas, huevos de gallinas criadas con libertad, el uso de colorantes, etc.
Convertirse en mamá no suele ser fácil, siempre vas a querer el bienestar físico y mental de tus hijos, pero la pregunta constante "¿Estás con hambre o solo estás aburrido?", pueden traer consecuencias que tarden en superarse con el tiempo.
Conforme a un estudio de Chelsea Fielder-Jenks, MA, LPC, identificaron factores de riesgo físicos como psicológicos que pueden estar en relación con los trastornos alimentarios. Así mismo, el análisis de Chance Create Change Eating Disorder Care indica que las madres almendras actúan como modelos tanto de pensamientos como de comportamientos en sus hijos (peso, apariencia, etc) en el caso que tengan conductas alimentarias desordenadas son las que critican el peso y la apariencia de sus menores teniendo más probabilidades de tener hijas con baja autoestima, depresión y pueden utilizar conductas extremas de control de peso.
¿Cómo evitar ser una mamá Almendra por el bienestar de tus hijos?
La editorial especializada en crianza para niños ''Parents'', brinda consejos que una mamá puede seguir para no convertirse en una mamá almendra y afectar negativamente tanto psicológica como física en sus menores:
Que la báscula no sea el centro de tu día a día, enfócate en ayudar a tus hijos o hijas en proporcionarle alimentos que le brinden energía durante el día y construir su auto estima.
Involucra a tu hija/o en la preparación de las comidas diarias, así aprenderá más de los alimentos y se volverá menos quisquilloso.
Sobre todo no etiquetes a la comida como buena o mala, cámbialo por frases tales como "comer mandarinas o naranjas te darán vitamina C y energía para jugar en el día" y concederle algún pequeño capricho de vez en cuando como una galleta o un helado.
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