¿Qué le falta a tu vida para ser feliz?

• Una reflexión sobre la felicidad.

A veces llega sin aviso. En medio del ruido del día o del silencio de una tarde cualquiera.

Esa pregunta que no siempre queremos mirar de frente: ¿Qué le falta a mi vida para

sentirme bien?

Y claro, la mente empieza a buscar respuestas: más dinero, más tiempo, un nuevo trabajo,

una relación diferente, un cambio de ciudad, una pausa, un propósito claro. Siempre

parece faltar algo. Siempre algo más.

Y tal vez todo eso ayude. No lo niego. Pero con el tiempo, y después de escuchar muchas

historias —incluida la mía— descubrí que hay una respuesta que rara vez está en esa lista.

Una que no tiene que ver con lo externo, sino con lo que dejamos de habitar por dentro.

Porque a veces, lo único que falta en tu vida… eres tú.

No una versión corregida o perfecta de ti. Tú, tal cual eres. Presente, conectado, sincero contigo mismo. Porque puedes tener muchas cosas en orden, cumplir con todo lo que se espera, lograr metas importantes… pero si no estás realmente ahí, si no te escuchas, si no te das permiso para habitar lo que vives, nada alcanza. Al contrario, todo empieza a pesar.

Volver a ti no siempre significa hacer grandes cambios. A veces es tan simple como una

pausa. Un momento de silencio. Una pregunta honesta: “¿Esto que estoy haciendo me

representa?”. A veces es elegir distinto. Volver a escuchar al cuerpo. Detenerte a respirar

con presencia.

No hay una fórmula única. Pero hay algo que sí es claro: cuando estás más presente en tu

vida, todo empieza a sentirse más vivo. No porque todo esté resuelto, sino porque tú

vuelves a estar ahí.

Y no, no se trata de restarle valor a lo externo. Lo material importa. Las oportunidades, los

vínculos, los logros… todo eso también construye bienestar. Pero sin ti adentro, habitando

lo que vives, incluso lo bueno se vuelve lejano.

Entonces tal vez no se trata solo de tener más.

Tal vez se trata, simplemente, de volver.

Y quizás eso —volver a ti, con calma, con verdad— sea justo lo que le devuelva a tu vida esa sensación de estar despierto. De estar vivo. De estar, por fin, en casa.