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Vacunas personalizadas contra el cáncer: una promesa que podría llegar en 2026

  • Foto del escritor: Redacción Qhali
    Redacción Qhali
  • hace 8 horas
  • 3 Min. de lectura
  • Tras el éxito con la covid-19, la ciencia acelera el desarrollo de tratamientos oncológicos personalizados que podrían aprobarse en 2026.

Vacuna personalizadas
Foto: Freepik

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Lo que antes tomaba una década, se logró en menos de un año durante la pandemia. El desarrollo exprés de las vacunas contra la covid-19 fue posible no solo por la inversión multimillonaria y la colaboración global sin precedentes, sino también gracias a una tecnología clave: el ARN mensajero (ARNm). Hoy, ese mismo avance está dando forma a una de las promesas más esperadas de la medicina: vacunas personalizadas contra el cáncer.


El funcionamiento de esta tecnología es ingenioso. El ARNm lleva instrucciones que permiten al cuerpo producir una proteína específica del virus o, en el caso del cáncer, de una célula anormal. Con esas "pistas", el sistema inmune aprende a identificar y atacar la amenaza. Así lo explica el oncólogo Lennard Lee, líder de un proyecto del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) y del Instituto Tecnológico Ellison de Oxford: "Es como entrenar a un perro rastreador dándole una muestra. Luego, sabrá exactamente qué buscar".


Tras demostrar que los pacientes con cáncer podían seguir con su quimioterapia durante la pandemia, Lee y su equipo ahora aplican esa experiencia en el diseño de vacunas oncológicas a medida. El objetivo es prevenir recaídas en personas a quienes ya se les ha extirpado un tumor.


Las farmacéuticas apuestan por vacunas contra el cáncer

Después del fin de la emergencia sanitaria, las compañías detrás de las vacunas, como BioNTech y Moderna, buscaron un nuevo enfoque para aprovechar la infraestructura ya desarrollada. Y lo encontraron en una enfermedad que, según la Organización Panamericana de la Salud, podría aumentar un 47 % en las próximas dos décadas: el cáncer.


Reino Unido se convirtió en terreno fértil para el experimento, gracias a su capacidad para realizar ensayos clínicos veloces y a sus centros de producción en frío a gran escala. Hoy, el país tiene acuerdos con BioNTech para ofrecer tratamientos personalizados a 10.000 pacientes hasta 2030 y con Moderna para construir un centro tecnológico capaz de fabricar hasta 250 millones de dosis anuales.


Tecnología y ciencia, unidas contra el cáncer

Estas nuevas vacunas combinan tres pilares de la ciencia moderna: tecnología de ARNm, secuenciación genética e inteligencia artificial (IA). El proceso empieza con una biopsia del tumor. Luego, el ADN del paciente se analiza para detectar mutaciones, y un algoritmo de IA determina cuáles de esas alteraciones puede reconocer el sistema inmunológico. Con esa información, se fabrica una vacuna única y exclusiva para esa persona.


El tratamiento apunta a varios tipos de cáncer: pulmón, páncreas, melanoma, colorrectal, renal, de vejiga o tumores cerebrales. "Las vacunas están pensadas para pacientes en etapas tempranas, que ya han pasado por una cirugía. El reto es evitar que la enfermedad regrese", señala Lee.


Vacunas personalizadas contra el cáncer ya están en prueba global

Actualmente, más de 25 países participan en los ensayos clínicos, y en el que se incluye España. Seis centros de vacunación, ubicados en Barcelona, Madrid, Málaga y Valencia, ya colaboran en las pruebas. Estados Unidos lidera con 34 hospitales involucrados, seguido por Alemania y el Reino Unido.


En 2022, se lanzó una plataforma específica para acelerar las pruebas, y a comienzos de este año, se publicó un informe estratégico desde la Universidad de Cambridge sobre los avances en inmunoterapia personalizada. Uno de sus puntos clave: la necesidad de modernizar infraestructuras y promover la participación pública.


¿Puede ser una alternativa a la quimioterapia?

Aunque se espera que los primeros tratamientos sean aprobados en 2026, los expertos insisten en que no reemplazarán a los métodos tradicionales como la quimioterapia, sino que funcionarán como una herramienta complementaria dentro del arsenal médico. Las vacunas, más que atacar el cáncer existente, enseñan al cuerpo a evitar que vuelva.


El gran interrogante ahora es: ¿cuánto costará este avance? Aunque producir una vacuna no es caro en sí, el proceso de secuenciación genética personalizada sí lo es, y requiere una infraestructura compleja. El precio final dependerá de las decisiones de las farmacéuticas una vez que los tratamientos reciban luz verde por parte de organismos como la FDA o la EMA.


Una cosa es segura; la pandemia cambió la percepción global sobre lo que la ciencia puede lograr en tiempo récord. Y ahora, esa misma esperanza se dirige hacia una de las enfermedades más temidas del mundo.

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