Adelgaza de forma inteligente: Baja grasa, pero conserva tu fuerza
- Redacción Qhali
- 12 ago
- 2 Min. de lectura
Perder peso no debería significar perder músculo, Expertos explican cómo lograr una quema de grasa efectiva sin sacrificar fuerza, metabolismo ni salud, con una combinación adecuada de alimentación ejercicio y equilibrio emocional.

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Cuando pensamos en adelgazar, lo primero que viene a la mente es reducir calorías. Sin embargo, el cuerpo no distingue si está perdiendo grasa o músculo, y si la estrategia es muy agresiva o mal planificada, es probable que terminemos perdiendo ambos.
Páblius Braga, médico deportivo del Hospital Nueve de Julio en Sao Paulo, advierte para BBC Mundo que el cuerpo, al recibir menos energía de lo habitual, entra en "modo ahorro", y empieza a ver al músculo como un gasto innecesario. En ese contexto el organismo podría utilizar masa muscular como fuente de energía, ralentizando el metabolismo y aumentando el riesgo de efecto rebote.
Elaine Días, endocrinóloga y terapeuta metabólica, coincide y añade para BBC News Brasil que mantener el músculo es clave no solo para lucir bien, sino para la salud a largo plazo, más musculo significa más fuerza, mejor postura, menor riesgo de enfermedades crónicas y un envejecimiento más saludable.
¿Cómo evitar la pérdida de masa muscular al adelgazar?
Mantén un déficit calórico moderado
Prioriza las proteínas
Hidrátate adecuadamente
Haz entrenamiento de fuerza
Cuida tu salud emocional
¿Qué señales da el cuerpo cuando el déficit calórico es excesivo?
Un déficit calórico demasiado agresivo puede parecer efectivo al inicio, pero el cuerpo pronto empieza a mostrar signos de alerta. Estas son algunas de las señales más comunes:
Pérdida de masa muscular: Empiezas a bajar de peso rápidamente, pero también pierdes fuerza, tono muscular y rendimiento físico.
Fatiga constante: La energía no alcanza para tus actividades diarias. Te sientes cansado inlcuso sin hacer mucho esfuerzo.
Mareos, debilidad o sensación de desmayo: Al reducir demasiado la ingesta calórica, baja también la glucosa disponible para el cerebro y los músculos.
Dificultad para concentrarse e irritabilidad: El cerebro necesita energía constante. Un déficit extremo puede afectar tu estado de ánimo y rendimiento cognitivo.
Hambre intensa y antojos constantes: Tu cuerpo entra en "modo supervivencia" y genera fuerte señales para que comas, lo que puede provocar atracones.
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