"Cuando el mundo agota: lo que no estamos viendo detrás de los suicidios"
- Aldana Regalado Mujica
- 6 may
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 may
En los últimos meses, los titulares en Lima han comenzado a reflejar un fenómeno inquietante: el aumento de suicidios, muchos de ellos cometidos en espacios públicos, como si fueran un grito silenciado por mucho tiempo.

El diario Infobae reportó que solo en enero de este año, 2025, se registraron 74 suicidios en Perú, frente a los 45 del mismo mes en 2024. Una cifra que no solo alarma, sino que también interroga.
¿Estamos bien? ¿O solo estamos funcionando?
Vivimos en un mundo donde lo inmediato reemplazó a lo profundo, donde todo debe ser productivo, eficiente y visible. El estrés, más que una emoción pasajera, se ha convertido en un estado constante. Y es ahí donde empieza el riesgo. Porque cuando el cuerpo y la mente no encuentran descanso, cuando las exigencias externas superan las fuerzas internas, el vacío se instala.
Como psicóloga, puedo decir que detrás de cada suicidio hay una historia que no fue escuchada a tiempo. A menudo, no se trata de un solo evento, sino de un agotamiento emocional acumulado, de vínculos frágiles, de una cultura que aún minimiza el dolor psicológico y castiga la vulnerabilidad.
No se trata solo de más centros de atención o campañas de prevención (aunque son urgentes), sino también de reconstruir una forma de vivir donde el bienestar no sea un privilegio. Donde podamos hablar de nuestras emociones sin miedo, donde pedir ayuda no sea una señal de debilidad, sino de fortaleza. Un mundo sin tantos tapujos y prejuicios donde mayormente quienes necesitan ayuda no la encuentran.
Hagamos una pausa, aunque estemos muy ocupados. Observemos a quienes tenemos cerca. Escuchemos sin juzgar. Y sobre todo, empecemos a humanizar nuestras rutinas. Porque a veces, lo que salva una vida no es un gran acto, sino un gesto pequeño, pero presente.
Si tú o alguien que conoces está atravesando una crisis emocional, puedes llamar a la Línea 113, opción 5.
No estás solo.
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