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Cuando el sistema inmune ataca al propio cuerpo: lupus en jóvenes

  • Su diagnóstico temprano y tratamiento adecuado son claves para evitar complicaciones graves.

    Cuando el sistema inmune ataca al propio cuerpo: lupus en jóvenes
    Foto: Freepick
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El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunológico ataca por error tejidos sanos del cuerpo, generando inflamación y daño en órganos como la piel, articulaciones, riñones, corazón y cerebro. Su manifestación es compleja y variada, por lo que se le conoce como “la enfermedad de las mil caras”.


Aunque puede aparecer a cualquier edad, el lupus suele diagnosticarse entre los 15 y 35 años y afecta principalmente a mujeres jóvenes. Según la Lupus Foundation of America, el 90% de las personas diagnosticadas con LES son mujeres, y muchas comienzan a tener síntomas en la adolescencia o juventud temprana.


“En jóvenes, el lupus puede confundirse con cuadros virales o de fatiga común, lo que retrasa su diagnóstico. Pero es fundamental detectarlo a tiempo para evitar que comprometa órganos vitales”, advierte el reumatólogo peruano Dr. Carlos Lazo, del Hospital Nacional Guillermo Almenara.


¿Qué causa el lupus y cómo se manifiesta?


Aún no se conoce con exactitud la causa del lupus, pero se sabe que factores genéticos, hormonales y ambientales influyen en su aparición. Algunas infecciones virales, el estrés, ciertos medicamentos y la exposición excesiva al sol pueden actuar como desencadenantes.


Los síntomas varían según cada caso, pero los más comunes incluyen:

  • Cansancio extremo que no mejora con descanso.

  • Dolor o inflamación en las articulaciones.

  • Erupciones cutáneas, especialmente en forma de mariposa sobre el rostro.

  • Fiebre recurrente sin causa aparente.

  • Caída de cabello, úlceras orales o fotosensibilidad.

  • Dolor torácico o dificultad para respirar.

  • Alteraciones renales o neurológicas en etapas avanzadas.


Según la American College of Rheumatology, los jóvenes con lupus pueden experimentar mayores efectos emocionales y sociales debido a la naturaleza impredecible de la enfermedad y al impacto en su calidad de vida.


En Perú: falta de conciencia y diagnóstico tardío


En el Perú, el lupus sigue siendo una enfermedad subdiagnosticada y, en muchos casos, mal comprendida. El Ministerio de Salud (MINSA) estima que al menos 6 de cada 10 pacientes son diagnosticados luego de varios años de síntomas persistentes sin explicación clara.


La falta de acceso a reumatólogos, especialmente en provincias, y la escasa difusión sobre enfermedades autoinmunes dificultan la detección temprana en jóvenes. Además, el estigma social sobre enfermedades “invisibles” y crónicas genera aislamiento y estrés emocional en quienes lo padecen.


“Vemos jóvenes que llegan con compromiso renal severo por lupus no tratado a tiempo. Hay que educar a la población médica y civil para identificar los síntomas en etapas iniciales”, insiste el Dr. Lazo.


El impacto emocional: vivir con una enfermedad impredecible


El lupus no solo afecta físicamente. Su naturaleza crónica, impredecible y a veces incapacitante genera ansiedad, depresión y dificultades en la vida social, académica y laboral de los jóvenes diagnosticados.


Un estudio de Lupus UK (2023) señala que el 75% de jóvenes con lupus reporta sentir incomprensión en su entorno y el 60% considera que su enfermedad afecta su autoestima, especialmente durante brotes visibles en la piel o etapas de fatiga severa.


Tratamiento y pronóstico: vivir con lupus es posible


Aunque el lupus no tiene cura, sí puede controlarse eficazmente con tratamiento médico y seguimiento multidisciplinario. Los tratamientos incluyen antiinflamatorios, inmunosupresores, corticoides y, en algunos casos, terapia biológica. El estilo de vida también es clave: evitar el sol, alimentarse bien, reducir el estrés y realizar actividad física suave.


“Hoy, con un diagnóstico temprano y seguimiento adecuado, muchos pacientes jóvenes pueden hacer vida normal, estudiar, trabajar y tener familia. Lo importante es entender que el lupus no define a la persona”, concluye el Dr. Lazo.

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