Functional con música silet disco: Una experiencia nueva y muy beneficiosa | CRÓNICA
- Marcelo Diez Canseco
- hace 1 día
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Cuento desde mi propia perspectiva cómo es hacer functional con audífonos silent disco.

Empecé mi sábado temprano, como usualmente no hago porque prefiero aprovecharlo para dormir más tiempo. La diferencia es que esta vez no era cualquier primer día del fin de semana, era mi primera vez yendo a probar un tipo de deporte que nunca había intentado antes y que nunca me había llamado mucho la atención, el Functional. Sin embargo, esta no iba a ser cualquier clase de Functional común y corriente que puedes encontrar en muchos gimnasios, sino que iba a ser una clase con audífonos y al aire libre, en este caso, el Pentagonito de San Borja. Esa idea de que iba a ser una experiencia nueva y diferente fue lo que me convenció en principio a asistir.
Partí desde la casa de mi pareja a las 7 de la mañana, nos acompañaba un fotógrafo para que pueda sacar las mejores tomas de lo cansado que podía terminar luego de la primera clase. El camino a esa hora en Lima estaba libre, cosa que pasa con poca frecuencia en una de las ciudades con peor congestión del mundo, y llegué 10 minutos antes de que empezara la clase. Lo primero que vi al llegar al punto de encuentro en el Pentagonito fue una van con una pareja probando audífonos y poniendo todos los implementos en el suelo para empezar. El profesor, que fue quien nos contactó, se llamaba Andrés García y nos saludó muy cordialmente cuando nos vio.
Éramos 4 personas en la clase, estábamos a punto de empezar y yo me sentía confiado, jugaba fútbol habitualmente con un equipo de ingleses y estaba con buen físico durante los partidos. Pero, en poco menos de 10 minutos comenzada la clase me di cuenta que no estaba tan bien como pensaba. Decidí hacer las variaciones más difíciles de los ejercicios que nos mandaron y ya me estaban doliendo los brazos.
La primera ronda había sido muy enfocada en el tren superior, parte del cuerpo que no ejercito con mucha frecuencia y cuando logramos llegar al descanso eso me pasó factura. Estaba respirando y transpirando como cuando corrí mi última maratón de 10 kilómetros el año pasado, no debía haber menospreciado los ejercicios. Gracias a dios, y a mis brazos, cambiamos de ejercicios para el tren inferior. Fue en ese momento que recuperé un poco de confianza, pero al mismo tiempo tuve miedo de lesionarme. Yo poco antes de ese día estuve algunos meses lesionado y acababa de regresar a hacer deporte hace 2 semanas, pero hice lo mejor que pude para olvidarlo y empecé.
Luego de 20 minutos de ejercicio continuo enfocado en piernas y glúteos pasamos a los ejercicios de resistencia y abdominales. Fueron los 5 últimos minutos de clase uno de los más cansados que había tenido en muchos años, los abdominales sentía que me iban a reventar y el sudor se escurría por mis orejas. Cuando Andrés dijo que ya había acabado el tiempo, me fui a caminar y descansar bajo la sombra, necesitaba recuperarme para manejar de regreso.
Me siento orgulloso, fuera de haber terminado todos los ejercicios, de haberlo hecho sin estar pensando en que me podría volver a lesionar. Luego de recuperar un poco el aliento y ver las vergonzosas fotos que me tomaron muriendo de cansancio me despedí del entrenador y me fui a mi casa. En la noche del mismo día yo estaba seguro que todo el cuerpo me dolería al día siguiente y pasó como lo predije, pero en partes del cuerpo que no me di cuenta que había también ejercitado, como la espalda. Los días pasaron y volví a jugar fútbol con mi grupo, entonces fue cuando me di cuenta lo útil que fue para mi la clase, no me cansé en ningún momento durante todo el partido y me sentía ligero, definitivamente es una experiencia que con ansias espero volver a tener.