Intolerancias leves: síntomas comunes que nadie relaciona con los alimentos

• Molestias cotidianas como hinchazón, fatiga, congestión nasal o cambios de humor pueden estar relacionados con intolerancias alimentarias leves no diagnosticadas.

  
  

  

  Foto: Freepick

  
  

  

  Muchas personas lidian a diario con síntomas inespecíficos como dolor de cabeza, digestión lenta o irritabilidad, sin imaginar que el problema podría estar en su alimentación. Las intolerancias alimentarias leves, a diferencia de las alergias, no suelen generar reacciones graves, pero sí provocan una respuesta inflamatoria o digestiva sostenida que afecta la calidad de vida.

  
  

“El gran problema con las intolerancias leves es que pasan desapercibidas durante años. La gente se acostumbra a sentirse mal sin saber por qué”, señala la nutricionista clínica peruana Andrea Vergara, especialista en salud digestiva.

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  ¿Qué es una intolerancia leve y cómo se diferencia de una alergia?

  
  

  Una intolerancia alimentaria es la incapacidad del cuerpo para digerir o procesar adecuadamente ciertos componentes de los alimentos, como la lactosa, la fructosa, el gluten (en casos no celíacos) o algunos aditivos. A diferencia de las alergias, que involucran una respuesta inmune inmediata, las intolerancias no ponen en riesgo la vida pero sí generan malestares crónicos.

  
  

  Síntomas frecuentes asociados a intolerancias leves:

  • Distensión abdominal y gases.

  • Dolor de cabeza o migrañas.

  • Fatiga persistente.

  • Cambios de humor o irritabilidad.

  • Dolor muscular o articular.

  • Congestión nasal o mucosidad.

  • Náuseas o digestión pesada.

  • Problemas de piel como acné o eccema.

    
    

  “Lo que muchos jóvenes consideran ‘normal’—como hincharse después de comer o estar siempre cansados—podría estar relacionado con lo que comen y no lo saben”, explica la especialista.

  
  

  Las más comunes: lactosa, gluten y fructosa

  
  

  Según datos del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, cada vez más peruanos consultan por síntomas digestivos inespecíficos que, tras pruebas clínicas, revelan intolerancias leves a la lactosa o al gluten no celíaco. A nivel global, estudios de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología también han señalado un aumento de la sensibilidad alimentaria en personas menores de 40 años.

  
  

  Uno de los motivos puede estar en el estilo de vida moderno:

  • Alimentación ultraprocesada con aditivos poco tolerados.

  • Estrés crónico, que altera la función digestiva.

  • Sobreexposición al gluten o lácteos desde la infancia.

  • Desequilibrios en la microbiota intestinal.

    
    

  ¿Cómo saber si tienes una intolerancia?

  
  

  No siempre es necesario someterse a pruebas costosas desde el inicio. Los expertos recomiendan empezar con un enfoque de eliminación:

  Pasos sugeridos por nutricionistas clínicos:

  1. Llevar un diario de alimentos y síntomas durante 2 semanas.

  2. Eliminar uno o dos grupos sospechosos (como lactosa o gluten) durante al menos 21 días.

  3. Reintroducirlos poco a poco para observar reacciones.

  4. Consultar a un profesional si los síntomas persisten o empeoran.

     
     

  “Escuchar al cuerpo y observar patrones es clave para detectar este tipo de intolerancias. No se trata de dejar alimentos a ciegas, sino de hacerlo con guía”, añade Andrea Vergara.

  
  

  La relación con el sistema nervioso y el estado de ánimo

  
  

  Diversos estudios del Instituto Nacional de Investigación en Salud (INS) han explorado cómo algunas intolerancias alimentarias pueden afectar el estado emocional. Al existir una conexión directa entre el intestino y el cerebro (eje intestino-cerebro), las sustancias mal digeridas pueden influir en el estado de ánimo, provocando ansiedad leve, irritabilidad o problemas de concentración.

  
  

  Un artículo del British Journal of Nutrition reveló que personas con sensibilidad al gluten no celíaca presentaban mejoras notables en su salud mental y niveles de energía tras eliminar el gluten de su dieta durante un mes.

  
  

  Vivir con molestias constantes no es normal. Si sientes que algo no anda bien pero no hay un diagnóstico claro, puede que tu cuerpo esté reaccionando a algo que comes frecuentemente. Detectar y tratar una intolerancia leve puede transformar tu bienestar físico y emocional.