Los efectos invisibles de la deshidratación leve en tu concentración y energía

• Aunque suele pasar desapercibida, la deshidratación leve puede impactar significativamente en el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo y los niveles de energía diaria.

  

  Foto: Freepick

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• La deshidratación leve ocurre cuando el cuerpo pierde entre el 1% y el 2% de su peso en agua, algo que puede suceder con facilidad a lo largo del día sin darnos cuenta. Según la European Food Safety Authority (EFSA), este nivel de deshidratación ya es suficiente para afectar el rendimiento cognitivo y aumentar la sensación de cansancio mental y físico.

  
  

  Un estudio de la Universidad de Connecticut comprobó que las personas con una hidratación insuficiente tenían menor capacidad para concentrarse, procesar información y mantener el estado de alerta, incluso sin llegar a sentir sed.

  
  

  El cerebro está compuesto en más de un 70% por agua. Esto significa que la más mínima disminución en los niveles de hidratación puede alterar la función cerebral, incluyendo el flujo sanguíneo, la comunicación neuronal y el equilibrio de electrolitos.

  La deshidratación leve puede aumentar la percepción de estrés, irritabilidad y lentitud mental, según datos de la Harvard T.H. Chan School of Public Health.

  
  

  En Perú: un hábito que aún cuesta mantener

  
  

  En el contexto local, el consumo diario de agua está por debajo de las recomendaciones internacionales. Según un estudio de Kantar Worldpanel, el 45% de los peruanos reconoce que no toma más de un litro de agua al día, lo que es considerablemente menor a los 2.0–2.5 litros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para adultos en condiciones normales.

  
  

  Además, el clima cálido en la costa y la altitud en regiones andinas pueden intensificar la pérdida de líquidos sin que las personas lo perciban, aumentando los efectos negativos sobre el rendimiento físico y mental.

  
  

  ¿Cómo detectar los signos silenciosos de la deshidratación leve?

  
  

  Aunque muchas personas creen que solo deben beber agua cuando sienten sed, los especialistas advierten que la sed es un síntoma tardío. Algunos signos menos evidentes incluyen:

  • Dolor de cabeza leve o recurrente.

  • Cansancio sin causa aparente.

  • Dificultad para concentrarse o mantener el foco.

  • Irritabilidad o cambios repentinos en el ánimo.

  • Boca seca o sensación de “pesadez mental”.

    
    

  Estrategias simples para mantener una hidratación constante

  
  

  • Beber agua en pequeñas cantidades durante todo el día, no solo en las comidas.

  • Iniciar el día con un vaso de agua, antes del café o cualquier otra bebida.

  • Tener una botella reutilizable a la vista como recordatorio visual.

  • Consumir frutas y verduras ricas en agua, como sandía, pepino, piña o naranja.

  • Evitar bebidas azucaradas como reemplazo del agua, ya que no hidratan de manera eficiente y pueden generar el efecto contrario.

    
    

  Tomar agua puede parecer un acto menor, pero su impacto en la energía, la concentración y el equilibrio emocional es profundo y respaldado por la ciencia. En un mundo que exige rendimiento constante, una buena hidratación es una de las formas más simples y efectivas de cuidar tu bienestar físico y mental.