Salud del core abdominal: la zona olvidada que puede transformar tu bienestar
- Redacción Qhali
- 8 may
- 8 Min. de lectura
Experto de Mayo Clinic comparte estos consejos para proteger una parte de su cuerpo que quizás esté fuera de su mente


Aunque no la vemos a simple vista, la zona del core abdominal cumple un rol fundamental en casi todos los movimientos del cuerpo. Se trata de una estructura muscular que va desde el diafragma hasta el suelo pélvico, y que actúa como una especie de “contenedor” que mantiene los órganos internos en su lugar. Según explica la Dra. Charlotte Horne, cirujana especializada en reconstrucción de la pared abdominal en Mayo Clinic, cuidar esta área es clave para mantener una buena calidad de vida y prevenir problemas médicos complejos.
“El core abdominal no es solo el abdomen visible. Incluye músculos profundos, tejidos conectivos y redes nerviosas que llegan hasta la ingle, la espalda, los muslos y las caderas. Es una unidad funcional que se activa cada vez que respiramos, nos levantamos, hacemos fuerza o caminamos”, señala la Dra. Horne.
Más allá de los abdominales
Contrario a lo que muchos piensan, fortalecer el core no requiere hacer miles de abdominales ni levantar pesas. La clave está en activar estos músculos durante las actividades cotidianas. Prácticas como el yoga o el pilates, donde se promueve la conciencia corporal y el control de la respiración, ayudan a “llevar el ombligo hacia la columna”, una forma efectiva de estabilizar la pared abdominal profunda.
“Hay que enseñar a las personas a activar su core en lo cotidiano: al pasar de acostados a sentados, al cargar algo o al ponerse de pie. Se trata de integrar esa activación en el movimiento diario, no solo en el gimnasio”, enfatiza Horne.
Riesgos que afectan el core
Diversos factores pueden debilitar esta estructura: desde la tos crónica y cirugías previas, hasta el embarazo y enfermedades como el cáncer o la enfermedad inflamatoria intestinal. Uno de los problemas más comunes que se presentan cuando el core falla son las hernias abdominales, que ocurren cuando una parte del órgano sobresale a través de una zona débil del músculo.
“La tos intensa, por ejemplo, puede generar un aumento repentino de la presión dentro del abdomen, como si se empujara desde adentro. Si eso ocurre repetidamente, puede dañar la pared muscular y formar hernias”, explica la especialista.
Además, factores como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol también contribuyen al deterioro del core. El cigarro aumenta el riesgo de tos crónica, mientras que la cirrosis hepática, consecuencia del alcoholismo, altera las hormonas y debilita los músculos abdominales.
Avances quirúrgicos y nuevas estrategias
Con el crecimiento del interés médico por la salud del core abdominal, también han surgido nuevas prácticas quirúrgicas y preventivas. En el caso de las mujeres que han dado a luz, por ejemplo, se promueve el ejercicio guiado durante y después del embarazo para evitar que los músculos queden distendidos.
“La fisioterapia del suelo pélvico también está siendo cada vez más utilizada para tratar problemas de incontinencia tras la menopausia o el parto”, apunta Horne.
En pacientes con enfermedades intestinales crónicas que requieren cirugía, los cirujanos han aprendido a colocar las mallas en planos más seguros del abdomen, para evitar complicaciones. Además, la personalización en el uso de mallas ha cobrado relevancia, especialmente en mujeres, ya que no todos los procedimientos son iguales. En su práctica, la Dra. Horne utiliza modelos 3D impresos y en ocasiones incluso botox para relajar los músculos y facilitar la cirugía.
“La mayoría de mis pacientes llegan con más órganos fuera de la cavidad abdominal que dentro. Pero con la técnica adecuada, incluso hernias grandes de hasta 15 centímetros pueden repararse con cirugía robótica mínimamente invasiva”, comenta.
Recuperar la funcionalidad
El mayor logro, según la doctora, es ver la recuperación completa de sus pacientes: “Muchos pasan de no poder caminar más de unos minutos o levantar una mochila, a retomar viajes, actividades físicas y cosas que pensaban que ya no podrían hacer jamás”.
La salud del core abdominal comienza a ser reconocida no solo como un asunto estético o muscular, sino como una base estructural esencial para el bienestar general. Fortalecerla no requiere de grandes esfuerzos físicos, sino de consciencia, información y práctica.
Aunque no la vemos a simple vista, la zona del core abdominal cumple un rol fundamental en casi todos los movimientos del cuerpo. Se trata de una estructura muscular que va desde el diafragma hasta el suelo pélvico, y que actúa como una especie de “contenedor” que mantiene los órganos internos en su lugar. Según explica la Dra. Charlotte Horne, cirujana especializada en reconstrucción de la pared abdominal en Mayo Clinic, cuidar esta área es clave para mantener una buena calidad de vida y prevenir problemas médicos complejos.
“El core abdominal no es solo el abdomen visible. Incluye músculos profundos, tejidos conectivos y redes nerviosas que llegan hasta la ingle, la espalda, los muslos y las caderas. Es una unidad funcional que se activa cada vez que respiramos, nos levantamos, hacemos fuerza o caminamos”, señala la Dra. Horne.
Más allá de los abdominales
Contrario a lo que muchos piensan, fortalecer el core no requiere hacer miles de abdominales ni levantar pesas. La clave está en activar estos músculos durante las actividades cotidianas. Prácticas como el yoga o el pilates, donde se promueve la conciencia corporal y el control de la respiración, ayudan a “llevar el ombligo hacia la columna”, una forma efectiva de estabilizar la pared abdominal profunda.
“Hay que enseñar a las personas a activar su core en lo cotidiano: al pasar de acostados a sentados, al cargar algo o al ponerse de pie. Se trata de integrar esa activación en el movimiento diario, no solo en el gimnasio”, enfatiza Horne.
Riesgos que afectan el core
Diversos factores pueden debilitar esta estructura: desde la tos crónica y cirugías previas, hasta el embarazo y enfermedades como el cáncer o la enfermedad inflamatoria intestinal. Uno de los problemas más comunes que se presentan cuando el core falla son las hernias abdominales, que ocurren cuando una parte del órgano sobresale a través de una zona débil del músculo.
“La tos intensa, por ejemplo, puede generar un aumento repentino de la presión dentro del abdomen, como si se empujara desde adentro. Si eso ocurre repetidamente, puede dañar la pared muscular y formar hernias”, explica la especialista.
Además, factores como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol también contribuyen al deterioro del core. El cigarro aumenta el riesgo de tos crónica, mientras que la cirrosis hepática, consecuencia del alcoholismo, altera las hormonas y debilita los músculos abdominales.
Avances quirúrgicos y nuevas estrategias
Con el crecimiento del interés médico por la salud del core abdominal, también han surgido nuevas prácticas quirúrgicas y preventivas. En el caso de las mujeres que han dado a luz, por ejemplo, se promueve el ejercicio guiado durante y después del embarazo para evitar que los músculos queden distendidos.
“La fisioterapia del suelo pélvico también está siendo cada vez más utilizada para tratar problemas de incontinencia tras la menopausia o el parto”, apunta Horne.
En pacientes con enfermedades intestinales crónicas que requieren cirugía, los cirujanos han aprendido a colocar las mallas en planos más seguros del abdomen, para evitar complicaciones. Además, la personalización en el uso de mallas ha cobrado relevancia, especialmente en mujeres, ya que no todos los procedimientos son iguales. En su práctica, la Dra. Horne utiliza modelos 3D impresos y en ocasiones incluso botox para relajar los músculos y facilitar la cirugía.
“La mayoría de mis pacientes llegan con más órganos fuera de la cavidad abdominal que dentro. Pero con la técnica adecuada, incluso hernias grandes de hasta 15 centímetros pueden repararse con cirugía robótica mínimamente invasiva”, comenta.
Recuperar la funcionalidad
El mayor logro, según la doctora, es ver la recuperación completa de sus pacientes: “Muchos pasan de no poder caminar más de unos minutos o levantar una mochila, a retomar viajes, actividades físicas y cosas que pensaban que ya no podrían hacer jamás”.
La salud del core abdominal comienza a ser reconocida no solo como un asunto estético o muscular, sino como una base estructural esencial para el bienestar general. Fortalecerla no requiere de grandes esfuerzos físicos, sino de consciencia, información y práctica.
Aunque no la vemos a simple vista, la zona del core abdominal cumple un rol fundamental en casi todos los movimientos del cuerpo. Se trata de una estructura muscular que va desde el diafragma hasta el suelo pélvico, y que actúa como una especie de “contenedor” que mantiene los órganos internos en su lugar. Según explica la Dra. Charlotte Horne, cirujana especializada en reconstrucción de la pared abdominal en Mayo Clinic, cuidar esta área es clave para mantener una buena calidad de vida y prevenir problemas médicos complejos.
“El core abdominal no es solo el abdomen visible. Incluye músculos profundos, tejidos conectivos y redes nerviosas que llegan hasta la ingle, la espalda, los muslos y las caderas. Es una unidad funcional que se activa cada vez que respiramos, nos levantamos, hacemos fuerza o caminamos”, señala la Dra. Horne.
Más allá de los abdominales
Contrario a lo que muchos piensan, fortalecer el core no requiere hacer miles de abdominales ni levantar pesas. La clave está en activar estos músculos durante las actividades cotidianas. Prácticas como el yoga o el pilates, donde se promueve la conciencia corporal y el control de la respiración, ayudan a “llevar el ombligo hacia la columna”, una forma efectiva de estabilizar la pared abdominal profunda.
“Hay que enseñar a las personas a activar su core en lo cotidiano: al pasar de acostados a sentados, al cargar algo o al ponerse de pie. Se trata de integrar esa activación en el movimiento diario, no solo en el gimnasio”, enfatiza Horne.
Riesgos que afectan el core
Diversos factores pueden debilitar esta estructura: desde la tos crónica y cirugías previas, hasta el embarazo y enfermedades como el cáncer o la enfermedad inflamatoria intestinal. Uno de los problemas más comunes que se presentan cuando el core falla son las hernias abdominales, que ocurren cuando una parte del órgano sobresale a través de una zona débil del músculo.
“La tos intensa, por ejemplo, puede generar un aumento repentino de la presión dentro del abdomen, como si se empujara desde adentro. Si eso ocurre repetidamente, puede dañar la pared muscular y formar hernias”, explica la especialista.
Además, factores como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol también contribuyen al deterioro del core. El cigarro aumenta el riesgo de tos crónica, mientras que la cirrosis hepática, consecuencia del alcoholismo, altera las hormonas y debilita los músculos abdominales.
Avances quirúrgicos y nuevas estrategias
Con el crecimiento del interés médico por la salud del core abdominal, también han surgido nuevas prácticas quirúrgicas y preventivas. En el caso de las mujeres que han dado a luz, por ejemplo, se promueve el ejercicio guiado durante y después del embarazo para evitar que los músculos queden distendidos.
“La fisioterapia del suelo pélvico también está siendo cada vez más utilizada para tratar problemas de incontinencia tras la menopausia o el parto”, apunta Horne.
En pacientes con enfermedades intestinales crónicas que requieren cirugía, los cirujanos han aprendido a colocar las mallas en planos más seguros del abdomen, para evitar complicaciones. Además, la personalización en el uso de mallas ha cobrado relevancia, especialmente en mujeres, ya que no todos los procedimientos son iguales. En su práctica, la Dra. Horne utiliza modelos 3D impresos y en ocasiones incluso botox para relajar los músculos y facilitar la cirugía.
“La mayoría de mis pacientes llegan con más órganos fuera de la cavidad abdominal que dentro. Pero con la técnica adecuada, incluso hernias grandes de hasta 15 centímetros pueden repararse con cirugía robótica mínimamente invasiva”, comenta.
Recuperar la funcionalidad
El mayor logro, según la doctora, es ver la recuperación completa de sus pacientes: “Muchos pasan de no poder caminar más de unos minutos o levantar una mochila, a retomar viajes, actividades físicas y cosas que pensaban que ya no podrían hacer jamás”.
La salud del core abdominal comienza a ser reconocida no solo como un asunto estético o muscular, sino como una base estructural esencial para el bienestar general. Fortalecerla no requiere de grandes esfuerzos físicos, sino de consciencia, información y práctica.
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