Un nuevo estudio descubre la relación entre el cerebro y la artrosis
- Redacción Qhali
- 14 abr
- 2 Min. de lectura
Un estudio reciente revela que alteraciones en el sistema nervioso central podrían estar relacionadas con el avance de la artrosis, abriendo nuevas vías para tratamientos más efectivos.


La artrosis, una enfermedad degenerativa que afecta a millones en el mundo, no solo estaría condicionada por el desgaste articular. Nuevas investigaciones sugieren que el cerebro desempeña un papel clave en su progresión, lo que podría revolucionar su abordaje médico.
El vínculo entre el cerebro y la artrosis: ¿Una nueva perspectiva?
Tradicionalmente, la artrosis ha sido considerada una enfermedad puramente mecánica, causada por el deterioro del cartílago articular. Sin embargo, un estudio publicado en 2023 en la revista Nature Reviews Rheumatology plantea que el sistema nervioso central podría modular su desarrollo.
Investigadores de la Universidad Edith Cowan descubrieron que pacientes con artrosis presentan cambios en las áreas cerebrales relacionadas con el procesamiento del dolor y la inflamación. Esto sugiere que el cerebro no solo responde al daño articular, sino que podría empeorar o aliviar los síntomas mediante mecanismos neuroinflamatorios.
¿Cómo afecta el cerebro a las articulaciones?
Según el estudio, existen tres posibles mecanismos:
Sensibilización central: El cerebro puede volverse más sensible al dolor, amplificando las señales de las articulaciones afectadas.
Neuroinflamación: Las citoquinas inflamatorias pueden viajar desde el cerebro hasta las articulaciones, agravando el daño.
Estrés crónico: La ansiedad y la depresión, comunes en pacientes con artrosis, activan vías nerviosas que empeoran la inflamación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que factores psicológicos y neurológicos deben considerarse en el manejo de enfermedades reumáticas.
Implicaciones para futuros tratamientos
Este hallazgo abre la puerta a terapias innovadoras, como:
Terapias cognitivo-conductuales para reducir el impacto del dolor crónico.
Fármacos neuroprotectores que modulen la inflamación cerebral.
Estimulación cerebral no invasiva, como la terapia de resonancia magnética transcraneal.
El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas de EE.UU. (NIAMS) está financiando estudios clínicos para explorar estas alternativas.
Aunque se necesitan más investigaciones, este avance refuerza la idea de que la artrosis no es solo un problema articular, sino una condición multisistémica donde el cerebro juega un papel crucial. Integrar tratamientos neurológicos y reumatológicos podría mejorar la calidad de vida de millones de pacientes.
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