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¿Ser empleado o emprendedor? La verdad que nadie te cuenta en Latinoamérica

  • ¿Por qué en Latinoamérica parece que solo los dueños se hacen millonarios?

¿Ser empleado o emprendedor? La verdad que nadie te cuenta en Latinoamérica

En Latinoamérica, existe una percepción —sustentada muchas veces por la realidad— de que la única forma de alcanzar la riqueza millonaria es siendo emprendedor, dueño de un negocio o heredero de uno. Mientras tanto, en países desarrollados como Estados Unidos, Alemania o Canadá, es posible que empleados, incluso sin ser fundadores de empresas, logren amasar fortunas significativas simplemente trabajando y aprovechando oportunidades de inversión.


El contexto latinoamericano: Emprender o heredar


En muchos países de América Latina, el crecimiento económico es desigual y las estructuras empresariales son altamente centralizadas. La concentración de la riqueza en pocas manos ha generado un entorno donde las oportunidades de movilidad social real son limitadas. No es raro escuchar frases como:

“Aquí, el que no emprende, no sale adelante”
“Solo los dueños ganan, los empleados sobreviven”

Y en muchos casos, eso es cierto. Un empleado promedio en América Latina gana entre $500 y $2,000 USD al mes, incluso en puestos calificados. Este ingreso, aunque suficiente para vivir en algunos países de la región, rara vez permite ahorrar, invertir o pensar en una libertad financiera real.

En este escenario, emprender parece la única vía para alcanzar el éxito económico. Y aún así, solo una pequeña fracción de los emprendimientos logra escalar al nivel de éxito millonario. Por eso también se refuerza otra creencia común: para ser rico en Latinoamérica hay que nacer rico.


El contraste con los países desarrollados

En Estados Unidos, por ejemplo, ser empleado no significa renunciar al sueño millonario. Según datos del IRS (la agencia tributaria estadounidense), hay millones de personas con patrimonios superiores a 1 millón de dólares y una gran parte de ellos no son fundadores de empresas. Son empleados altamente calificados que han acumulado riqueza a través de altos salarios, ahorro disciplinado, inversión en el mercado bursátil, fondos de pensiones, y bienes raíces.


Ejemplos de sueldos millonarios en empleos no empresariales:


  • Ingeniero senior en Google o Meta: $250,000 - $500,000 USD anuales, con acciones y bonos incluidos.

  • Médicos especialistas en EE.UU.: $300,000 - $600,000 USD anuales, dependiendo de la especialización.

  • Ejecutivos de alto nivel (CFO, CTO, VP) en empresas grandes: de $500,000 a más de $1 millón al año incluyendo beneficios.

  • Ingenieros financieros y traders en Wall Street: pueden ganar millones anuales en comisiones y bonos.

Estas cifras, junto con sistemas financieros más sólidos, permiten que incluso empleados acumulen patrimonios millonarios antes de los 50 años.


¿Por qué esa diferencia?

  1. Mayor desarrollo económico y empresarial: En países desarrollados hay más empresas grandes, mejor remuneradas y mejor estructuradas. No todos tienen que fundar una compañía para estar bien económicamente. La economía funciona como un ecosistema más amplio, con mejores oportunidades laborales.

  2. Educación financiera y cultura de inversión: Desde jóvenes, muchas personas en EE.UU. y Europa son expuestas al concepto de inversión en acciones, fondos de retiro, ahorro y acumulación de patrimonio. En Latinoamérica, en cambio, estas herramientas no siempre son accesibles ni promovidas por los sistemas educativos o bancarios.

  3. Impuestos y seguridad jurídica: La estabilidad fiscal y la seguridad jurídica en países desarrollados fomenta la inversión a largo plazo, tanto empresarial como personal. En cambio, en América Latina, la inestabilidad política y económica desincentiva la planificación a largo plazo.

  4. Acceso a crédito e infraestructura: En EE.UU., alguien con un buen empleo puede acceder fácilmente a crédito para invertir en una casa o en la bolsa. En Latinoamérica, el acceso al crédito es caro, limitado y muchas veces excluyente.


El mito del emprendedor como única vía al éxito

Paradójicamente, las figuras que inspiran el éxito financiero global como Steve Jobs (Apple), Elon Musk (Tesla), Jeff Bezos (Amazon) o Mark Zuckerberg (Facebook) son emprendedores. Esto refuerza la idea en todo el mundo de que hay que crear algo revolucionario para hacerse millonario.

Pero lo que muchos no ven es que, dentro de sus propias empresas, hay cientos de empleados millonarios: desarrolladores, diseñadores de producto, ejecutivos y accionistas internos. Muchos de ellos recibieron acciones o stock options, lo que les permitió aumentar su patrimonio sin ser fundadores.


¿Cómo cambiar este paradigma en Latinoamérica?

  1. Promover el desarrollo de empleos bien remunerados: Necesitamos más empresas que generen empleos de calidad, no solo emprendimientos pequeños.

  2. Impulsar la educación financiera: Para que incluso con sueldos modestos, las personas puedan construir riqueza a largo plazo.

  3. Mejorar el acceso a crédito e inversión: Democratizar el acceso a vehículos de inversión como fondos, bonos o bienes raíces.

  4. Descentralizar el éxito: Dejar de glorificar solo a los emprendedores millonarios y también valorar el crecimiento profesional y financiero de los empleados.


En Latinoamérica, el camino hacia la riqueza está mucho más vinculado a emprender o heredar. Pero eso no es porque los latinoamericanos no trabajen duro o no tengan talento, sino por las estructuras económicas y sociales que limitan el crecimiento profesional. En cambio, en países desarrollados, el sistema permite que incluso empleados construyan riqueza real sin necesidad de fundar una empresa. El reto está en transformar nuestras economías para que ser dueño no sea la única vía hacia la libertad financiera.

 
 
 

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