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Compararte con otros: ¿motivación o camino al desgaste emocional?

  • Las comparaciones constantes pueden impulsarte a mejorar, pero también arrastrarte a una espiral de ansiedad, inseguridad y agotamiento emocional.

Compararte con otros: ¿motivación o camino al desgaste emocional?
Foto: Freepick

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Compararse con los demás es una conducta natural en el ser humano , potenciada hoy por la hiperconectividad digital y las redes sociales. Según el psicólogo social Leon Festinger, creador de la teoría de la comparación social, las personas evalúan su propio valor a través de la observación de quienes las rodean . Sin embargo, en la actualidad, la comparación ha mutado en una práctica constante que puede deteriorar la salud mental .


Compararse en exceso suele generar frustración crónica, porque se parte de una visión distorsionada de la realidad del otro , especialmente en redes sociales donde se muestra solo lo positivo”, explica la psicóloga clínica María Alejandra Ruiz , especialista en bienestar emocional y docente en la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

¿Motivación o autoexigencia camuflada?


No todas las comparaciones son negativas. En algunos casos, observar los logros ajenos puede servir de impulso para crecer, mejorar hábitos o salir de la zona de confort. El problema surge cuando esta comparación es constante, inconsciente y se basa en estándares poco realistas.


Las señales de que la comparación te está afectando emocionalmente incluyen:

  • Sentimientos recurrentes de inadecuación o fracaso .

  • Necesidad compulsiva de “ponerse a la altura”.

  • Envidia que se convierte en culpa.

  • Dificultad para reconocer logros propios.

  • Agotamiento por sobreexigencia.

  • Desconexión con los propios deseos o metas reales.


Cuando comparas te lleva a la autoexigencia, la autocrítica constante ya la invalidación emocional, ya no estás creciendo: te estás hiriendo , aunque lo disfraces de ambición”, resalta Ruiz.


Redes sociales: el principal escenario de la comparación moderna


Plataformas como Instagram, TikTok y LinkedIn han convertido la vida en una vitrina. Lo que antes era comparación con amigos o colegas cercanos, hoy es con influencers, celebridades o personas con estilos de vida idealizados.


Un informe de la Royal Society for Public Health del Reino Unido señaló que el uso intensivo de redes sociales está relacionado con un aumento del 70% en síntomas de ansiedad y depresión en jóvenes , debido a las comparaciones sociales, especialmente en temas de apariencia, éxito y estilo de vida.


Compararse desgastar: consecuencias en la salud mental


Compararse puede parecer inofensivo, pero cuando se convierte en un hábito emocional, puede derivar en ansiedad, trastornos del estado de ánimo, inseguridad crónica y baja autoestima. También puede provocar:


  • Trastornos alimentarios.

  • Aislamiento social.

  • Parálisis por análisis: incapacidad para tomar decisiones propias.

  • Dificultad para disfrutar del presente.

  • Sensación permanente de insuficiencia.


He tenido pacientes que ya no se reconocen en sus propias metas, porque han vivido años siguiendo estándares ajenos. Eso, tarde o temprano, lleva al vacío emocional ”, comenta Ruiz.


¿Cómo cortar el ciclo de la comparación emocional?


No se trata de dejar de observar el mundo, sino de aprender a filtrar y fortalecer el vínculo contigo mismo. Algunas estrategias útiles incluyen:


  • Identifica tus propios valores y metas. Pregúntate si eso que admiras en otros realmente lo deseas tú.

  • Limite el consumo de contenido que detone la inseguridad. Puedes silenciar cuentas sin necesidad de dejar de seguir.

  • Celebra tus avances, aunque sean pequeños.

  • Practica la gratitud y el autodiálogo positivo.

  • Recuerda que lo que ves en redes es una parte, no el todo.

" Compararte puede ser útil si lo haces desde la conciencia y no desde la carencia. Si te aleja de tu autenticidad, es hora de detenerte", concluye Ruiz.


Comparar no siempre es sinónimo de motivación. A veces, es una forma silenciosa de invalidarte, exigete más de lo que puedes dar y desconectarte de ti. Aprender a mirar hacia adentro, más que hacia afuera, puede ser el primer paso para recuperar tu bienestar emocional.

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