Cuándo un dolor muscular no es normal: guía para detectar lesiones invisibles
- Redacción Qhali
- 19 ago
- 3 Min. de lectura
No todo dolor muscular es producto del ejercicio o del estrés. Algunas molestias persistentes pueden ser señales de lesiones ocultas que requieren atención especializada.
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Sentir molestias musculares después de una sesión intensa de entrenamiento o tras una jornada de tensión emocional es común. Sin embargo, cuando el dolor muscular es constante, intenso o aparece sin causa aparente, puede ser una señal de alerta . Según la Clínica Mayo, muchos cuadros musculares están relacionados con microlesiones, inflamaciones profundas o condiciones crónicas que suelen pasar desapercibidas.
“ El cuerpo siempre da señales, y uno de los errores más comunes es pensar que todo dolor es 'parte del proceso' o que se debe al estrés , cuando en realidad puede tratarse de una lesión crónica o de un desequilibrio funcional que requiere atención”, señala la fisioterapeuta peruana Mariana Pastor , especialista en terapia musculoesquelética.
¿Qué tipos de dolor muscular requieren atención médica?
No todos los dolores musculares deben preocupar, pero hay características que pueden indicar un problema subyacente:
Dolor que persiste por más de una semana sin mejoría.
Molestias musculares que aumentan en reposo o durante la noche .
Dolor acompañado de edema, rojecimiento o calor local .
Sensación de debilidad, rigidez o dificultad para mover el músculo.
Dolor que se extiende a otras partes del cuerpo , especialmente hacia las articulaciones.
" Muchos pacientes normalizan el dolor lumbar, de cuello o de piernas , hasta que interfiere con su movilidad o su descanso. Allí recién buscan ayuda, pero muchas veces ya hay lesiones compensatorias", agrega Pastor.
Lesiones invisibles: más comunes de lo que crees
Diversos estudios publicados por el American College of Sports Medicine indican que existen lesiones musculares silenciosas (como las contracturas miofasciales, desgarros parciales o atrapamientos nerviosos) que pueden desarrollarse sin un evento traumático, y solo manifestarse con el tiempo.
En Perú, un informe del Colegio de Fisioterapeutas del Perú (2023) reveló que el 43% de los jóvenes que acuden por dolores musculares no tienen diagnóstico claro y que, en la mayoría de los casos, se trata de afecciones posturales o sobrecargas crónicas que no han sido tratadas a tiempo.
¿Qué puede estar provocando ese dolor muscular constante?
Algunas causas frecuentes de dolor muscular anormal incluyen:
Desequilibrios musculares o posturales , comunes en personas que trabajan muchas horas sentadas.
Síndrome de dolor miofascial , donde ciertos puntos del músculo están contracturados y provocan dolor referido.
Falta de recuperación tras el ejercicio físico.
Déficit de minerales como magnesio o potasio.
Fibromialgia , una condición que afecta el sistema nervioso y causa dolor crónico generalizado.
Lesiones por estrés repetitivo (como en deportistas o personas que cargan peso).
" Muchos cuadros que empiezan como una simple molestia muscular terminan afectando la calidad de vida si no se tratan a tiempo. El cuerpo necesita descanso, pero también evaluación cuando algo no cuadra ", remarca Pastor.
¿Cuándo acudir a un especialista?
No es necesario esperar a estar incapacitado para buscar ayuda. Los fisioterapeutas, reumatólogos o traumatólogos pueden realizar evaluaciones funcionales, pruebas de movilidad y estudios por imágenes si se sospecha una lesión.
Además, la fisioterapia preventiva se recomienda para quienes tienen antecedentes de lesiones, entrenan con regularidad o trabajan en posiciones forzadas.
Consejos para prevenir lesiones musculares invisibles
No ignores el dolor: si dura más de 5 días, consulta.
Estira y activa tus músculos antes y después de entrenar.
No entrenes con dolor agudo o con fatiga excesiva.
Evalúa tu postura si trabajas muchas horas frente a una pantalla.
Asegúrese de una alimentación equilibrada en micronutrientes.
Incorpora pausas activas en tu rutina diaria.
Un dolor muscular puede ser una señal sutil de que algo no va bien. Aprender a escuchar al cuerpo y consultar con profesionales de forma adecuada puede evitar complicaciones mayores. La clave está en no minimizar las molestias recurrentes y apostar por una cultura de prevención y cuidado integral.
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