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El vínculo entre ansiedad crónica y problemas digestivos en jóvenes

  • La ansiedad crónica, cada vez más común en la población joven, puede generar síntomas gastrointestinales persistentes que alteran la calidad de vida.

    El vínculo entre ansiedad crónica y problemas digestivos en jóvenes
    Foto: Freepick

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La ansiedad no solo afecta la mente. Cada vez más estudios confirman que la ansiedad crónica puede manifestarse de manera directa en el sistema digestivo , especialmente en adolescentes y adultos jóvenes. Malestares como dolor abdominal, náuseas, diarrea, gastritis e incluso el síndrome del intestino irritable (SII) tienen un fuerte componente emocional y psicosomático.


Según el American College of Gastroenterology , hasta un 60% de los pacientes con trastornos digestivos funcionales también presentan síntomas de ansiedad o depresión . Esto se debe a que el intestino y el cerebro están interconectados por el eje intestino-cerebro , una compleja red de comunicación que involucra el sistema nervioso entérico, el nervio vago y la microbiota intestinal.


"El intestino es nuestro segundo cerebro. Muchos jóvenes acuden a consulta por problemas digestivos crónicos, pero en realidad lo que tienen es un cuadro de ansiedad mal gestionada que repercute directamente en su sistema gastrointestinal", explica la gastroenteróloga peruana Dra. Karina Oré , especialista del Hospital Nacional Cayetano Heredia.

¿Cómo impacta la ansiedad crónica en el sistema digestivo?


Cuando una persona vive con ansiedad constante, su cuerpo permanece en un estado de alerta prolongado , lo que activa el sistema nervioso simpático. Esto altera la motilidad intestinal, aumenta la sensibilidad visceral y puede interferir con la digestión normal . El resultado: síntomas digestivos frecuentes sin una causa médica aparente.


Entre los más comunes:

  • Dolores abdominales recurrentes sin lesión orgánica visible.

  • Náuseas, acidez estomacal o sensación de “nudo” en el estómago.

  • Diarrea o estreñimiento crónicos, a veces alternados.

  • Inflamación abdominal, gases y sensación de plenitud.

  • Pérdida del apetito o comer en exceso como mecanismo de afrontamiento.


Un estudio de la Organización Mundial de Gastroenterología destaca que los jóvenes entre 18 y 35 años tienen mayor riesgo de padecer SII cuando presentan cuadros de ansiedad generalizada , y que el tratamiento psicológico mejora significativamente sus síntomas digestivos.


En Perú: una realidad silenciosa en crecimiento


En el contexto peruano, el aumento de los problemas de salud mental en jóvenes se ha convertido en una preocupación pública. Según el Ministerio de Salud del Perú (MINSA), 1 de cada 4 jóvenes presenta síntomas de ansiedad moderada o severa , y muchos de ellos buscan atención médica por molestias físicas antes que emocionales.


"La conexión entre lo emocional y lo digestivo se ve con frecuencia en consulta, pero muchas veces se pasa por alto. Si no se trata de la ansiedad, el tratamiento digestivo será insuficiente", indica la Dra. Mineral.


Además, los factores sociales como el estrés académico, la incertidumbre económica, las redes sociales o el aislamiento pospandemia han incrementado los cuadros de ansiedad en menores de 30 años , con efectos físicos claros, especialmente a nivel gástrico.


¿Qué hacer si sospechas que tu problema digestivo es emocional?


El enfoque debe ser multidisciplinario , integrando salud mental y salud digestiva. Algunos pasos clave:

  • Buscar atención médica para descartar causas orgánicas.

  • Consulte con un psicólogo o psiquiatra si los síntomas se acompañan de preocupación constante, insomnio, irritabilidad o pensamientos intrusivos.

  • Incorporar técnicas de relajación como mindfulness, respiración consciente o yoga.

  • Evite el consumo excesivo de cafeína, alcohol o alimentos ultra procesados, que agravan tanto la ansiedad como los síntomas digestivos.

  • Promover rutinas de sueño estables y pausas durante el día.


"Tratar solo el estómago sin mirar lo que pasa en la mente es como secar el agua sin cerrar la llave. La salud digestiva y mental deben ir de la mano", concluye la Dra. Mineral.

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