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La inflamación silenciosa: cómo los alimentos ultraprocesados ​​alteran tu cuerpo sin que lo notes


  • Los alimentos ultraprocesados ​​son parte de la dieta diaria de millones de personas en el mundo. 


La inflamación silenciosa: cómo los alimentos ultraprocesados ​​alteran tu cuerpo sin que lo notes
Foto: Freepick
dsf

La inflamación es un mecanismo natural del cuerpo para defenderse de infecciones o lesiones. Pero cuando se vuelve crónica y de bajo grado, se convierte en un enemigo silencioso. Según la Escuela de Medicina de Harvard , la degradación persistente puede estar vinculada con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, cáncer, Alzheimer y trastornos autoinmunes .


A diferencia de la lesión aguda, que es temporal y protectora, la lesión crónica se mantiene activa durante meses o años, dañando tejidos y órganos de forma progresiva.


Estudios publicados en el Harvard Health Publishing destacan que factores como una dieta alta en azúcares y grasas procesadas , el estrés constante , la falta de sueño y el sedentarismo son claves detonantes de este proceso inflamatorio de bajo grado.


El rol de los alimentos ultraprocesados


La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que los ultraprocesados ​​—como gasque alteran el equilibrio del organismo. Estudios del British Medical Journal han vinculado su consumo con un mayor riesgo de obesidad, cáncer y mortalidad temprana.


En Perú, un informe del Instituto Nacional de Salud (INS) reveló que el 70% de los adolescentes consumen ultraprocesados ​​más de tres veces por semana , un hábito que aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades metabólicas a temprana edad.


Impacto invisible en el organismo


La doctora Karina Mendez, explica que "el gran problema es que las personas no notan de inmediato los efectos de los ultraprocesados. Se sienten saciadas y con energía momentánea, pero en realidad están promoviendo procesos inflamatorios que, a largo plazo, pasan factura a la salud mental y física" .


La degradación crónica se ha relacionado con la resistencia a la insulina, alteraciones hormonales, depresión e incluso pérdida de memoria. “El cerebro también sufre, porque la inflamación afecta neurotransmisores vinculados al bienestar emocional” , añade Gómez.


¿Qué podemos hacer para prevenirla?


La clave está en la alimentación consciente. Reemplazar ultraprocesados ​​por frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras reducen los marcadores de inflamación . Además, la Universidad de Navarra recomienda incorporar grasas saludables como el aceite de oliva, frutos secos y pescado azul, elementos fundamentales de la dieta mediterránea.


En Perú, especialistas en nutrición sugieren retomar preparaciones caseras tradicionales, como menestras, guisos y sopas con ingredientes frescos , que no solo son más saludables sino también parte de la identidad cultural.


La evidencia científica es clara: la inflamación silenciosa es un enemigo oculto, pero evitable . Tomar conciencia de lo que ponemos en el plato puede marcar la diferencia entre una vida saludable y una llena de complicaciones.


La prevención está en nuestras manos. Mientras menos ultraprocesados ​​consumamos, más le damos al cuerpo la oportunidad de autorregularse y mantenerse en equilibrio.

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