La piel como espejo de tu hígado: signos externos de desequilibrio interno
- Redacción Qhali
- 19 ago
- 3 Min. de lectura
Problemas hepáticos leves pueden manifestarse primero en tu piel, mucho antes de mostrar síntomas clínicos graves.

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El hígado es el principal órgano depurador del cuerpo, y cuando no funciona bien, la piel suele ser uno de los primeros en “gritarlo”. Aunque solemos asociar los trastornos hepáticos con síntomas internos como fatiga o malestar abdominal, lo cierto es que su impacto puede ser claramente visible en la dermis.
" La piel refleja el estado interno del cuerpo. Alteraciones hepáticas, incluso las subclínicas, pueden causar cambios visibles como manchas, erupciones o coloración amarilla , sobre todo en pacientes jóvenes con sobrecarga metabólica", explica la doctora Carla Cárdenas , médica dermatóloga del Hospital Nacional Dos de Mayo en Lima.
Signos cutáneos que podrían alertarte sobre un desequilibrio hepático
Cuando el hígado está sobrecargado, se inflama o no metaboliza adecuadamente las toxinas, la piel lo manifiesta a través de distintos signos, como:
Ictericia : coloración amarilla en la piel o en la parte blanca de los ojos (esclerótica).
Prurito persistente : picazón sin causa aparente, especialmente en las palmas y plantas.
Manchas marrones o grises en cara y cuello (melasma hepático).
Uñas pálidas o con líneas blancas horizontales .
Piel opaca y sin brillo , con tendencia a acné o dermatitis.
Eritema palmar : enrojecimiento de las palmas.
Xantelasma : pequeños bultos amarillos cerca de los ojos, producto de acumulación de lípidos.
“ Muchos de estos síntomas se confunden con causas dermatológicas superficiales, cuando en realidad su raíz está en un metabolismo hepático alterado , especialmente en personas con hígado graso, consumo frecuente de alcohol o dietas altas en ultraprocesados”, advierte la doctora Cárdenas.
Causas comunes del desequilibrio hepático en jóvenes
Aunque las enfermedades hepáticas suelen asociarse con adultos mayores o personas con alcoholismo, cada vez más jóvenes presentan disfunción hepática por causas como:
Síndrome metabólico.
Consumo excesivo de azúcares refinados.
Dietas altas en grasas trans.
Uso prolongado de medicamentos sin supervisión.
Estrés crónico y trastornos del sueño.
Consumo frecuente de alcohol o sustancias.
Un estudio publicado en The Lancet Gastroenterology (2023) advirtió que el hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una de las principales enfermedades hepáticas en menores de 30 años a nivel global, con especial incidencia en América Latina.
¿Qué exámenes se recomiendan?
Para determinar si los síntomas cutáneos están relacionados con un trastorno hepático, es importante realizar algunos análisis básicos como:
Perfil hepático completo : TGO, TGP, bilirrubinas y fosfatasa alcalina.
Ecografía abdominal : para descartar hígado graso o inflamación.
Evaluación de lípidos y glucosa : para detectar síndrome metabólico.
Exámenes de hepatitis viral , si hay antecedentes de riesgo.
¿Cómo cuidar tu piel desde el hígado?
La salud hepática se puede mejorar a través de medidas que no solo benefician el hígado, sino también a la piel. Algunas recomendaciones clave incluyen:
Reduzca el consumo de alcohol y alimentos procesados.
Incrementar la ingesta de verduras amargas y ricas en antioxidantes (alcachofa, rúcula, cúrcuma).
Mantenerse bien hidratado y con buen descanso nocturno.
Evite la automedicación frecuente, especialmente con analgésicos.
Hacer actividad física regular , que mejora la circulación y la función hepática.
" La piel es un órgano que habla. Si hay algo persistente que no mejora con cremas o rutinas tópicas, hay que mirar adentro , especialmente al hígado", concluye la dermatóloga Carla Cárdenas.
Tu piel puede estar diciéndote que tu hígado necesita ayuda. Lo que muchas veces se confunde con acné, alergias o resequedad puede tener un origen interno más profundo. Escuchar a tu cuerpo e investigar los síntomas más allá de lo visible es clave para prevenir complicaciones mayores y tratar a tiempo.
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