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La terapia electroconvulsiva: un tratamiento que salva vidas en casos de depresión severa

  • La terapia electroconvulsiva reduce significativamente el riesgo de suicidio y se consolida como una alternativa eficaz para la depresión resistente.

Terapia elecroconvulsiva en pacientes
Foto: Freepik
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Durante décadas, fue vista con recelo y rodeada de estigma, pero hoy la ciencia confirma que la terapia electroconvulsiva (TEC) puede marcar una gran diferencia en los casos más críticos de depresión. Una reciente revisión de estudios a gran escala citado por expertos del portal Web Psicología y Mente ha revelado que este tratamiento reduce en casi un 35% el riesgo de suicidio en personas con depresión severa, además de disminuir la mortalidad general.


En un contexto donde la depresión sigue siendo una de las enfermedades mentales más incapacitantes y peligrosas, la TEC reaparece no como un método del pasado, sino como una herramienta moderna, eficaz y cada vez más segura.


Una salida para la depresión que no responde a nada

Se estima que más de 280 millones de personas viven con depresión en el mundo según la OMS, y aproximadamente un tercio de los pacientes no responde a los tratamientos convencionales, como los antidepresivos o la psicoterapia. Es lo que se conoce como depresión resistente, una condición que incrementa el riesgo de suicidio hasta 20 veces más que en la población general.


Frente a esta urgencia, la TEC un procedimiento que consiste en aplicar una breve corriente eléctrica al cerebro bajo anestesia general se presenta como una alternativa poderosa. A diferencia de su versión antigua, hoy se realiza con precisión, control y con efectos secundarios limitados y transitorios. No hay dolor, ni escenas de película: solo evidencia médica sólida y resultados clínicos esperanzadores.


Qué dicen los estudios sobre la TEC

Según un reciente meta análisis internacional el más completo hasta la fecha que evaluó a casi 43,000 pacientes de diferentes partes del mundo, la terapia electroconvulsiva ha demostrado beneficios concretos:


  • 34% menos riesgo de suicidio: Los pacientes tratados con TEC registraron significativamente menos muertes por suicidio frente a quienes recibieron solo tratamientos convencionales.

  • 30% menos mortalidad total: Más allá del suicidio, la terapia también se asoció con una mayor supervivencia general.

  • Menos ideas suicidas: Aunque en menor medida, también se observó una reducción en los pensamientos suicidas, lo que mejora la calidad de vida en el corto y mediano plazo.


En comparación, otras terapias de neuroestimulación como la estimulación magnética transcraneal o del nervio vago no ofrecieron resultados tan concluyentes en cuanto a la prevención del suicidio.


¿Por qué su aplicación aún es limitada?

A pesar de la evidencia, la TEC sigue siendo subutilizada. El estigma que arrastra desde el siglo pasado y el desconocimiento en torno a cómo funciona siguen siendo sus principales barreras. Sin embargo, los especialistas advierten que este tipo de prejuicios podrían estar impidiendo el acceso a una intervención que literalmente puede salvar vidas.


"El rechazo que aún genera la TEC no se basa en datos actuales, sino en mitos. Es hora de cambiar esa narrativa con información respaldada por ciencia", señalan los autores del estudio.


Una terapia que merece mayor atención

Los resultados de esta investigación invitan a repensar el lugar que ocupa la terapia electroconvulsiva en el abordaje de la salud mental. Lejos de ser un último recurso, podría considerarse una opción temprana en casos graves, especialmente cuando el riesgo de suicidio es alto y el tiempo apremia.


Si bien el estudio reconoce ciertas limitaciones metodológicas como el hecho de que la mayoría de los datos provienen de estudios observacionales, los beneficios clínicos observados son contundentes.


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