Miedo a envejecer joven: la ansiedad generacional que no se habla
- Deborah Astengo
- 12 ago.
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En una era que glorifica la juventud permanente, cada vez más jóvenes experimentan un temor anticipado a envejecer, acompañado de presión estética, inseguridad profesional y angustia existencial.
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Aunque tradicionalmente el temor a envejecer se ha asociado con etapas más avanzadas de la vida, cada vez más personas entre los 20 y 35 años manifiestan una ansiedad anticipada relacionada con el deterioro físico, la pérdida de oportunidades o el valor social vinculado a la juventud.
“Lo que vemos hoy es una generación joven que ya siente angustia por ‘quedarse atrás’, por perder atractivo o por no llegar a tiempo a ciertos logros. Es un miedo que se activa no solo por el paso del tiempo, sino por las comparaciones constantes en redes sociales”, explica la psicóloga clínica peruana Gabriela Paredes, especialista en salud mental juvenil.
Según la American Psychological Association (APA), esta ansiedad está relacionada con una hiperconciencia del cuerpo, del éxito personal y del tiempo como recurso escaso, alimentada por modelos de éxito precoz e inalcanzable.
Redes sociales y cultura del rendimiento: los detonantes invisibles
La presión por “hacer todo antes de los 30” o por “verse joven para siempre” no es solo cultural, sino también digital. Plataformas como Instagram y TikTok perpetúan estándares inalcanzables de belleza, juventud y éxito, generando una comparación constante que alimenta el malestar.
Un estudio publicado por Frontiers in Psychology en 2023 encontró que el 72% de jóvenes entre 18 y 30 años experimentan malestar emocional al ver contenido relacionado con envejecimiento o pérdida de atractivo físico.
En Perú, según datos de la Encuesta Nacional de Juventudes (ENAJU) del INEI, más del 65% de jóvenes siente ansiedad al proyectar su futuro profesional y personal, especialmente en relación al tiempo “ideal” para cumplir ciertas metas.
“No se trata solo del miedo a las arrugas. Es el temor a perder oportunidades, a que el cuerpo cambie, a no encajar con un ideal juvenil perpetuo. Y esto puede provocar ansiedad, dismorfia corporal o incluso crisis existenciales”, señala la psicóloga Paredes.
¿Cómo se manifiesta esta ansiedad generacional?
Los síntomas de esta preocupación por envejecer prematuramente pueden ser tanto físicos como emocionales, e incluso afectar las decisiones cotidianas. Entre los más comunes:
Miedo persistente a cumplir años o hablar de la edad.
Obsesión con rutinas antiedad o productos estéticos.
Sensación de urgencia o fracaso por no “haber logrado suficiente”.
Evitación de planes a largo plazo por miedo al futuro.
Ansiedad social relacionada con la apariencia física.
Este fenómeno también ha sido descrito como parte del síndrome de la “crisis del cuarto de vida”, que afecta a jóvenes en la transición a la adultez.
¿Cómo gestionarlo?
Aunque no es un trastorno clínico en sí, el miedo a envejecer joven puede ser una señal de una autoestima frágil o de un sistema de valores influenciado por presiones externas. Algunas estrategias para manejarlo incluyen:
Practicar la autoaceptación corporal y emocional.
Desarrollar metas personales que no dependan del reconocimiento social.
Reducir el consumo de redes sociales que disparen comparaciones.
Hablar del tema en espacios seguros o con un terapeuta.
Adoptar una visión del envejecimiento como parte del crecimiento y no como pérdida.
“Aceptar que envejecer es inevitable y que no define el valor de una persona es un proceso liberador. El cuerpo cambia, sí, pero también lo hacen nuestras capacidades, intereses y vínculos. Aprender a valorar esas transformaciones es clave para la salud mental”, concluye Paredes.
Hacia una cultura del envejecimiento saludable
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se promueve la idea del “envejecimiento saludable”, que implica no solo llegar a edades avanzadas con bienestar físico, sino también derribar estigmas culturales sobre la vejez.
En contextos como el peruano, urge iniciar conversaciones más abiertas sobre el valor del tiempo vivido y la diversidad de trayectorias personales, para que envejecer no sea visto como una amenaza, sino como una evolución.
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