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¿Por qué no todos ven a su pareja como su mejor amigo?

  • Pocas personas ven a su pareja como su mejor amigo, y el motivo va más allá del amor: también influyen lo social, lo emocional y lo económico.

Pareja y mejor amigo
Foto: Freepik
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Por más que el cine romántico nos insista en que la pareja ideal es también nuestro mejor amigo, la realidad parece distinta. Aunque hay beneficios claros en combinar amor y amistad dentro de una relación, un reciente estudio demuestra que la mayoría de personas no considera a su pareja como su mejor amiga o amigo. ¿Por qué ocurre esto?


Lejos de ser una señal de debilidad en la relación, esta separación de roles responde a dinámicas emocionales, sociales y culturales más complejas de lo que parece. Y entenderlas puede ayudarnos a construir vínculos más sanos y satisfactorios.


¿Por qué no siempre somos amigos de nuestra pareja?

Durante mucho tiempo, el amor romántico y la amistad han sido vistos como relaciones separadas. La amistad suele asociarse con la confianza, la libertad y la compañía constante, mientras que el amor romántico carga con expectativas de exclusividad, pasión y compromiso más profundo.


Esta distinción tiene raíces culturales. A lo largo del siglo XX, movimientos como el feminismo reivindicaron la importancia de las redes de apoyo entre mujeres, impulsando la figura del "mejor amigo" como algo valioso en sí mismo, más allá de la pareja.


Además, el modelo del convoy social una teoría que representa nuestras relaciones en círculos de cercanía emocional explica que, dependiendo del momento vital, la pareja puede ocupar un lugar central o convivir con otras figuras clave como amigos y familiares.


¿Qué dice la ciencia?

Un estudio publicado en el Journal of Social and Personal Relationships analizó a casi mil personas en relaciones amorosas. Aunque todas podían listar hasta siete amigos, solo el 14.4% señaló a su pareja como su "mejor amigo". El 36% la incluyó dentro del círculo de amistades, pero sin otorgarle ese título especial.


Curiosamente, los resultados mostraron que las personas mayores tendían un poco más a ver a su pareja como su mejor amigo, mientras que quienes estaban casados o tenían ingresos altos lo hacían menos. Ni el género ni la cantidad de mejores amigos marcaron una diferencia significativa.


¿Es malo no ver a la pareja como "mejor amigo"?

No necesariamente. De hecho, el estudio encontró que quienes consideraban a su pareja como su mejor amigo sí reportaban mayor cercanía emocional y más interacciones rutinarias. Pero también reveló algo interesante: quienes mantenían un mejor amigo fuera de la relación percibían un mayor nivel de apoyo social.


Esto tiene sentido. Confiar en una sola persona para cubrir todas nuestras necesidades emocionales es una carga muy pesada. Diversificar nuestras redes de apoyo amigos, familiares, colegas no solo nos hace más resilientes, sino que reduce la presión sobre la relación de pareja.


Cómo el contexto económico puede definir nuestros vínculos

Las personas con menos recursos económicos tendían a considerar más a su pareja como su mejor amigo, probablemente porque les resulta más difícil mantener una red social amplia. En cambio, quienes tienen mayor estabilidad económica pueden invertir más tiempo y energía en cultivar amistades externas, lo que fortalece su red de apoyo.


Por otro lado, la etiqueta de "mejor amigo" no es algo menor. Implica un tipo de exclusividad que no todos desean aplicar dentro de una relación amorosa, donde ya existe otra forma de exclusividad. Además, no siempre es recíproco, y puede generar tensiones con otras amistades cercanas.


¿Se puede ser pareja y mejor amigo a la vez?

Sí, pero no es la única fórmula válida. Tener a la pareja como tu mejor amigo puede traer beneficios como mayor confianza, disfrute mutuo y una relación más sólida. Sin embargo, no es imprescindible para ser feliz en pareja.


Lo importante es encontrar un equilibrio: construir una relación donde exista amistad, pero también fomentar lazos fuera de ella. La cercanía no debería asfixiar, y la exclusividad no debe impedir el crecimiento social y emocional.


El hecho de que muchas personas no consideren a su pareja su mejor amigo no es señal de un amor débil, sino de una comprensión más realista de las relaciones humanas. Combinar amor y amistad es valioso, pero mantener otras conexiones también lo es. Al final, no se trata de poner etiquetas, sino de construir vínculos que realmente nutran.

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