¿Qué tan real es el “síndrome del impostor” en la generación Z?
- Deborah Astengo

- 29 oct
- 2 Min. de lectura
Aunque suele asociarse a profesionales con carreras consolidadas, el “síndrome del impostor” afecta cada vez más a jóvenes de la Generación Z.

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El término fue acuñado en 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes para describir a personas exitosas que, pese a su trayectoria, sienten que sus logros son fruto de la suerte y temen ser descubiertos como “fraudes” .
Hoy, este fenómeno ha trascendido generaciones y contextos. Según la Asociación Americana de Psicología (APA), más del 70% de las personas lo experimentarán al menos una vez en su vida , pero en la Generación Z se está manifestando de manera particular.
La Generación Z y la presión digital
Los jóvenes nacidos entre 1995 y 2010 se enfrentan a un contexto distinto: una exposición constante a redes sociales y métricas de validación digital . La Harvard Business Review (2022) señala que el “síndrome del impostor” en esta generación no solo se asocia a entornos académicos o laborales, sino también a la construcción de identidad online.
En Perú, la psicóloga clínica Zulita Dioses explica que:
“ La Generación Z vive en un escenario de comparación permanente. Muchos sienten que no son lo suficientemente buenos, incluso cuando cumplen sus metas, porque las redes sociales les muestran estándares imposibles de alcanzar ”.
Datos globales y locales
Un estudio de KPMG International (2021) reveló que el 75 % de las mujeres jóvenes profesionales en el mundo ha experimentado el síndrome del impostor en sus primeros años de carrera.
En Perú, un sondeo del portal Trabajando.com (2023) evidenció que 6 de cada 10 jóvenes entre 22 y 28 años manifiestan inseguridad frente a sus logros profesionales , atribuyendo sus resultados a factores externos en lugar de a su capacidad personal.
Consecuencias emocionales y laborales
El impacto no es menor. El síndrome del impostor puede generar ansiedad, depresión, baja autoestima y agotamiento emocional , de acuerdo con la Mayo Clinic .
La especialista peruana Shirley Gómez agrega:
“ El gran riesgo es que estos jóvenes no se atrevan a postular a oportunidades, a negociar un sueldo justo para emprender proyectos. Se sienten siempre en deuda con un ideal de éxito que no existe ”.
¿Cómo enfrentarlo?
Los psicólogos coinciden en que es fundamental:
Reconocer y normalizar el fenómeno , ya que no es un indicador de falta de capacidad.
Buscar espacios de mentoría y acompañamiento , especialmente en los primeros años de carrera.
Fomentar la autocompasión y la validación interna , más allá de la aprobación externa.
Reducir la sobreexposición a redes sociales , donde la comparación suele ser distorsionada.
El síndrome del impostor en la Generación Z es real y está intensificado por la vida digital y la presión de destacar en múltiples ámbitos . Reconocerlo y abordarlo a tiempo es clave para evitar que se convierta en un obstáculo para el desarrollo personal y profesional de esta generación.
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