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Síndrome de Alicia: Cuando la mente distorsiona la realidad

  • Lo grande se vuelve chico y lo chico, grande. La percepción cambia de manera drástica tanto en el interior como en el exterior de quien lo padece.

Síndrome de Alicia: Cuando la mente distorsiona la realidad

Quien ha oído hablar de sus síntomas, puede sonar parecido a la esquizofrenia y para quien escucha el nombre, puede resultar un poco fantasioso. El síndrome de Alicia en el país de las maravillas es un trastorno que afecta a menos de 200 personas por millón en todo el mundo, lo que lo clasifica como una enfermedad rara. La mayoría de los casos se presentan en niños y adolescentes, aunque también puede aparecer en adultos. Sin embargo, puede desaparecer con el paso del tiempo.


Para explicarnos mejor sobre este trastorno, Qhali conversó con la psicóloga Claudia Vallejos, quien detalla que es un trastorno neurológico que influye en la percepción visual, tanto como corporal y en algunos casos del tiempo.


Causas de este síndrome


La causa no es difícil de encontrar y a su vez, son otros males cerebrales que producen este síndrome, puede ser un tumor cerebral que afecta el lóbulo occipital del cerebro y esto genera la alteración de la percepción de la función cerebral que se ve reflejada en el comportamiento de la persona. Esas lesiones no solo pueden venir de un tumor, sino también de una herida producida por un golpe o accidente, como la encefalitis, cuando el cerebro se inflama.


"Se llama así por la novela de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas" revela ella, donde se sabe que Alicia crece de tamaño y se achica en algunas ocasiones, además que juega con la imaginación y la mente. Dado que tiene síntomas que pueden tener otros trastornos mentales, se requiere un estudio para dar con ese diagnóstico por parte del especialista y descartar otros posibles cuadros.


Tratamiento del síndrome de Alicia en el País de las maravillas


El síndrome de Alicia en el país de las maravillas puede considerarse una afección benigna y, aunque su tratamiento no suele ser complejo, requiere un proceso de seguimiento. Afortunadamente, la recuperación suele ser favorable.


En el caso de los niños, es fundamental que cuenten con supervisión y acompañamiento constante por parte de sus padres, ya que las distorsiones perceptivas pueden afectar su autoestima o provocar accidentes. Por ejemplo, el paciente podría malinterpretar el tamaño real de los objetos o de su propio cuerpo, lo que podría llevarlo a dar un paso en falso al creer que sus piernas son más grandes o más pequeñas de lo que realmente son.


 
 
 

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