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Sanar a través del cine: rituales de películas para diferentes emociones

  • En un mundo saturado de estímulos, el cine puede convertirse en una herramienta terapéutica.

     Sanar a través del cine: rituales de películas para diferentes emociones
    Foto: Freepick

    El cine es mucho más que una forma de evasión: puede ser una herramienta emocional poderosa para comprender, procesar y sanar lo que sentimos. Desde películas que nos ayudan a llorar cuando no podemos hacerlo, hasta otras que reafirman nuestra esperanza cuando todo parece oscuro, el séptimo arte ha demostrado tener un rol significativo en el bienestar emocional.



    Cine y emociones: una conexión profundamente humana


    Estudios realizados por la Universidad de Oxford y la Harvard Medical School han mostrado que ver películas emocionalmente intensas activa regiones del cerebro relacionadas con la empatía, la memoria y la autorreflexión. Esta conexión ayuda a que el espectador no solo se entretenga, sino que también se involucre emocionalmente y pueda comprender sus propios procesos internos.


    En Perú, la psicóloga clínica y especialista en arteterapia María José Alvarado explica que:

    “El cine puede convertirse en un espejo emocional. Muchas veces, una película logra ponerle palabras o imágenes a lo que no sabemos cómo expresar, y ese solo acto puede generar alivio o catarsis”.



    ¿Qué ver según cómo te sientes?


    Cada emoción puede encontrar un espejo o una válvula de escape en distintos tipos de películas. Aquí, una guía básica de “cine-terapia emocional”:


    • Tristeza profunda o bloqueo emocional: Películas como Blue Valentine, Manchester by the Sea o La Teta Asustada (Claudia Llosa, Perú) permiten conectar con el dolor reprimido y abrir espacio a la catarsis.

    • Ansiedad y estrés: Dramas pausados o historias con una narrativa reflexiva como The Secret Life of Walter Mitty, Into the Wild o Canción sin nombre (Melina León, Perú) ayudan a bajar revoluciones.

    • Desmotivación o vacío existencial: Películas como Soul (Pixar), The Pursuit of Happyness o Un lugar en silencio invitan a reflexionar sobre el sentido de la vida y el propósito.

    • Alegría, conexión y esperanza: Comedias ligeras como Little Miss Sunshine, Amélie o Retablo (Álvaro Delgado-Aparicio, Perú) promueven estados emocionales positivos y sensación de comunidad.

    • Ira y frustración: Ver historias donde los personajes atraviesan y transforman esa energía, como en Joker, Erin Brockovich o Magallanes (Salvador del Solar), permite canalizar emociones difíciles.


    El cine como ritual emocional


    Algunos terapeutas ya recomiendan crear rituales personales de visionado, con prácticas como:

    • Ver la película a solas, con luz tenue y sin distracciones.

    • Escribir o dibujar lo que surgió emocionalmente luego del visionado.

    • Comentar con alguien de confianza cómo te sentiste.

    • Elegir películas que no solo entretengan, sino que desafíen o inviten a pensar.


    La psicóloga peruana Katherine Pinedo, especializada en intervenciones a través del arte, señala:

    “Incorporar el cine como parte de un ritual emocional nos ayuda a salir del piloto automático. No es ver por ver, es ver para sentir”.


    Plataformas que impulsan el cine como herramienta de sanación


    En el ámbito internacional, proyectos como "Cinema Therapy" (EE.UU.) o el trabajo de la psicóloga y cineasta Birgit Wolz han consolidado el uso del cine como recurso terapéutico. En Perú, iniciativas como "Cine Terapéutico" del Centro TAE vienen desarrollando encuentros presenciales donde se proyecta una película y luego se abre un círculo de diálogo emocional.


    Asimismo, muchos terapeutas y coaches recomiendan construir una playlist emocional personalizada, con películas seleccionadas previamente según distintas emociones, para acudir a ellas en momentos críticos o de autorreflexión.

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