¿Tienes un apego evitativo? Señales que no sabías que eran trauma
- Deborah Astengo
- 16 jul
- 2 Min. de lectura
No querer comprometerse, sentir incomodidad con la cercanía emocional pueden parecer rasgos de personalidad, pero también podrían ser señales de un apego evitativo.
Foto: Freepick
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El apego evitativo es un estilo de vinculación que surge cuando, en la infancia, las necesidades emocionales del niño no son respondidas adecuadamente o se perciben como una carga para los cuidadores. Según la teoría del apego propuesta por John Bowlby, esto lleva al niño a aprender que expresar emociones o pedir ayuda no es seguro, desarrollando una tendencia a reprimir sentimientos y priorizar la independencia extrema.
Este patrón persiste en la vida adulta y se manifiesta en relaciones de pareja, amistad o laborales, dificultando la construcción de vínculos sanos. Estudios publicados en Attachment & Human Development (2022) muestran que el apego evitativo suele ser una forma de adaptación al trauma relacional, especialmente en hogares con frialdad emocional, críticas constantes o abandono.
“El apego evitativo no es solo miedo al compromiso, sino una respuesta aprendida ante un entorno que hizo sentir que depender de otros era peligroso o inútil”, explica la psicóloga peruana Diana Vargas, especialista en terapia de trauma y apego.
Señales de un apego evitativo que podrían pasar desapercibidas
Aunque el apego evitativo puede variar en intensidad, algunas señales frecuentes incluyen:
Incomodidad ante muestras de afecto o cercanía emocional.
Necesidad constante de espacio o soledad, incluso en relaciones saludables.
Dificultad para expresar necesidades o vulnerabilidad.
Minimizar problemas o emociones propias y ajenas.
Tendencia a terminar relaciones cuando se vuelven demasiado íntimas o demandantes.
Preferencia por relaciones superficiales o con distancia emocional.
Un informe del Ministerio de Salud del Perú (MINSA, 2023) sobre bienestar emocional en jóvenes reveló que casi el 35% de participantes reconoció sentirse incómodo con la dependencia emocional y preferir evitar conversaciones profundas sobre sus sentimientos, lo que sugiere la presencia de patrones de apego evitativo.
Apego evitativo y trauma: una relación silenciosa
El apego evitativo no aparece de la nada. Según la American Psychological Association (APA), se origina frecuentemente como una respuesta al trauma relacional temprano, como abuso emocional, negligencia, violencia familiar o la percepción constante de que las emociones propias son rechazadas o ridiculizadas.
Esto lleva a la persona a desarrollar creencias como:
“No necesito a nadie, es mejor estar solo.”
“Si me muestro vulnerable, me harán daño.”
“El amor es algo que siempre termina mal.”
“El problema no es la independencia saludable, sino la evitación constante del vínculo emocional como forma de autoprotección, que impide vivir relaciones satisfactorias y auténticas”, destaca la psicóloga Vargas.
¿Cómo empezar a sanar un apego evitativo?
Reconocer que este patrón tiene raíces profundas y que no se trata solo de “fobia al compromiso” es clave. Para trabajar en ello:
Toma conciencia de tus emociones y pensamientos en situaciones de cercanía emocional.
Desafía creencias limitantes sobre el amor y la dependencia emocional.
Practica la apertura gradual en relaciones seguras, compartiendo sentimientos pequeños al inicio.
Busca ayuda profesional, especialmente en terapias basadas en apego o terapia EMDR para trauma relacional.
“El apego evitativo puede cambiar con trabajo personal y relaciones que ofrezcan seguridad emocional. El primer paso es permitirse sentir, aunque al principio resulte incómodo”, concluye Vargas.
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