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Tricotilomanía: el trastorno que lleva a arrancarse el cabello

  • La tricotilomanía es un trastorno que va más allá de un simple hábito: afecta la salud mental y física de quienes la padecen.

Transtorno de arrancarse el cabello
Foto: Freepik
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La tricotilomanía es un trastorno poco conocido pero con un impacto profundo en la vida de quienes lo padecen. Se trata de un comportamiento compulsivo que lleva a la persona a arrancarse el cabello, a menudo como una forma de lidiar con el estrés o la ansiedad.


Aunque puede parecer un hábito menor, esta conducta puede tener consecuencias físicas y emocionales graves, como la pérdida total del cabello, baja autoestima y aislamiento social.


¿Qué es la tricotilomanía?

Clasificada dentro de los trastornos del control de impulsos y relacionada con el espectro del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), la tricotilomanía afecta entre el 0,6% y el 3,6% de la población mundial, según diversos estudios citados por la BBC News. Aunque puede manifestarse a cualquier edad, suele comenzar durante la infancia o la adolescencia.


El comportamiento puede darse de forma automática, cuando la persona lo realiza sin darse cuenta por ejemplo, mientras estudia o ve televisión, o de forma enfocada, como una respuesta consciente a situaciones de estrés, ansiedad o frustración.


Causas, factores de riesgo y quiénes son más vulnerables

Las causas exactas de la tricotilomanía aún no están completamente claras. Algunos estudios han identificado alteraciones en ciertas regiones cerebrales relacionadas con el control de impulsos, pero no existe una explicación definitiva. En muchos casos, el trastorno aparece asociado a otros problemas de salud mental, como la ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o el trastorno de excoriación, caracterizado por el rascado compulsivo de la piel.


También se ha observado una posible predisposición genética, especialmente en los casos que se manifiestan desde edades muy tempranas, incluso en bebés. Además, se sabe que la tricotilomanía afecta principalmente a mujeres: entre el 75% y el 90% de los casos reportados corresponden al sexo femenino.


Aunque las razones no están del todo claras, algunos especialistas apuntan a factores sociales y culturales, como la presión estética o la mayor tendencia de las mujeres a buscar ayuda profesional.


Consecuencias físicas y emocionales

Con el tiempo, arrancarse el cabello de forma recurrente puede provocar la pérdida total del mismo, daños en los folículos pilosos e incluso infecciones. Algunas personas también desarrollan tricofagia, un trastorno asociado que consiste en ingerir el cabello, lo cual puede causar problemas digestivos graves.


A nivel emocional, la enfermedad impacta significativamente en la autoestima. La vergüenza por la apariencia física, el miedo al rechazo y la incomprensión social son comunes entre quienes padecen este trastorno, lo que puede llevar al aislamiento y a una disminución en la calidad de vida.


Tratamientos disponibles

La tricotilomanía puede ser tratada con un enfoque multidisciplinario. La terapia cognitivo conductual, especialmente la técnica de reversión de hábitos, ha demostrado ser una de las intervenciones más eficaces. En algunos casos, se recomienda también el uso de medicamentos como antidepresivos o ansiolíticos, siempre bajo supervisión médica.


Para los niños, los especialistas sugieren evitar los fármacos y priorizar el tratamiento psicológico. También existen estrategias complementarias, como el uso de esparadrapos en los dedos para interrumpir el hábito o mantener el cabello corto, aunque su eficacia varía según el caso.


Un camino posible hacia la recuperación

Si bien no existe una "cura" definitiva, muchas personas logran controlar el trastorno con tratamiento y apoyo constante. La clave está en el diagnóstico temprano, la atención profesional adecuada y la comprensión del entorno.


Romper el silencio sobre la tricotilomanía es un paso importante para reducir el estigma y promover la búsqueda de ayuda. La visibilización de este trastorno permite que más personas reconozcan los síntomas y accedan a la atención que necesitan.

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