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Cómo saber si tienes una relación ansiosa con el futuro

  • La anticipación constante, la planificación obsesiva o el miedo a lo desconocido pueden ser señales de una relación ansiosa con el porvenir.

    Cómo saber si tienes una relación ansiosa con el futuro
    Foto: Freepick

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En una sociedad marcada por la hiperproductividad, la incertidumbre global y la necesidad de control, cada vez más personas viven atrapadas en la preocupación constante por lo que vendrá. Pero, ¿cuándo planificar el futuro deja de ser saludable y empieza a generar ansiedad? Especialistas en salud mental nos ayudan a identificarlo.


Cuando la proyección se convierte en angustia


Pensar en el futuro es una capacidad evolutiva que permite planificar, anticipar riesgos y tomar decisiones. Sin embargo, cuando esa capacidad se convierte en una fuente de preocupación constante, puede dar paso a lo que se conoce como ansiedad anticipatoria.


Según la Asociación Americana de Psicología (APA), la ansiedad anticipatoria está relacionada con la tendencia a sobrevalorar los peligros futuros y subestimar la capacidad personal para afrontarlos, lo que genera bloqueos, insomnio y problemas para disfrutar del presente.


Señales de que tu relación con el futuro es ansioso


Aunque no siempre se identifica fácilmente, existen conductas frecuentes que pueden alertarnos de una relación desequilibrada con el porvenir. Entre ellas:


  • Pensar constantemente en el "qué pasará si..."

  • Sentir que nunca es suficiente lo que haces hoy para el mañana

  • Experimentar angustia ante decisiones que involucran cambios

  • Evitar situaciones nuevas por miedo a lo desconocido

  • Planificar de manera obsesiva sin poder relajarte


La psicóloga clínica peruana María Fernanda Meza, especialista en ansiedad, explica que:

“Las personas que viven proyectadas en el futuro suelen tener un alto nivel de autoexigencia. No se permiten descansar porque sienten que, si no avanzan constantemente, algo malo ocurrirá. Esto puede generar agotamiento emocional, insatisfacción crónica y desconexión del presente”.


Lo que dicen las investigaciones internacionales


Un estudio publicado en Frontiers in Psychology (2021) analizó los patrones de pensamiento ansioso en adultos jóvenes y concluyó que la rumiación sobre el futuro está asociada con mayor vulnerabilidad a trastornos como la ansiedad generalizada y el insomnio crónico.


Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la ansiedad es uno de los trastornos más prevalentes en el mundo, y muchas veces se alimenta de pensamientos catastróficos sobre escenarios que aún no ocurren.


El papel de la cultura y el entorno


En países como Perú, donde la inestabilidad económica, la sobreinformación y las exigencias académicas o laborales son parte del día a día, la ansiedad por el futuro se vuelve aún más intensa entre jóvenes y adultos.


“Nos enseñan desde pequeños que hay que pensar siempre en lo que viene: el colegio, la universidad, el trabajo, el ahorro, la casa, la familia. Pero pocas veces se enseña a vivir el presente, a respirar, a aceptar lo incierto”, comenta la psicóloga Meza.


Además, plataformas como TikTok y LinkedIn refuerzan la idea de “tener todo resuelto”, lo que puede generar una presión constante para planificar cada paso y evitar cualquier error, aumentando la ansiedad futura.


Identificar esta relación ansiosa con el futuro es el primer paso para cambiarla. Estrategias como la terapia cognitivo-conductual, la meditación, el journaling o el mindfulness pueden ser herramientas útiles para bajar el ritmo mental y recuperar la presencia.

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