¿Tienes hambre o estás ansioso? Cómo reconocer el “hambre emocional”
- Deborah Astengo
- 12 jun
- 2 Min. de lectura
Comer por ansiedad o tristeza no es inusual, pero puede convertirse en un hábito dañino.
Foto: Freepick El “hambre emocional” se refiere a la necesidad de comer no por necesidad fisiológica, sino como una respuesta a intensas emociones , como ansiedad, aburrimiento, tristeza, soledad o incluso alegría. A diferencia del hambre física, que aparece de forma gradual y se satisface con cualquier alimento, el hambre emocional es repentina, urgente y usualmente está dirigida a comidas específicas y reconfortantes , como dulces, frituras o carbohidratos simples.
Según la Clínica Mayo, "el hambre emocional no se resuelve con la comida. Comer puede aliviar momentáneamente el malestar, pero no resuelve la causa emocional subyacente, ya menudo viene seguido de culpa o vergüenza" .
¿Por qué ocurre el hambre emocional?
Cuando sentimos estrés o ansiedad, el cuerpo libera cortisol, una hormona que aumenta el apetito y nos impulsa a buscar alimentos con alta carga calórica . Además, comer ciertos alimentos puede activar zonas del cerebro asociadas al placer, como el sistema de recompensa dopaminérgico.
Estudios de Harvard Health Publishing indican que más del 35% de las personas consumen la comida como un regulador emocional primario , especialmente en contextos de alta presión, soledad o fatiga crónica.
En Perú, la nutricionista y coach en alimentación consciente Rocío Román explica:
"El hambre emocional suele ser un mecanismo de escape para no enfrentar lo que sentimos. Aprender a identificarlo y tratarlo con compasión es fundamental para evitar ciclos de culpa y descontrol alimentario" .
Claves para diferenciar el hambre física del hambre emocional
A continuación, algunas señales prácticas para distinguir entre ambos tipos de hambre:
Característica | Hambre física | Hambre emocional |
Aparte | Gradual | Súbita e impulso |
Tipo de comida | Abierta | Deseo específico (dulces, comida |
Sensación al comer | Satisfacción y plenitud | Culpa o insatisfacción posterior |
Respuesta al malestar | No necesariamente ligada a emociones | Relacionada con ansiedad, tristeza o estrés |
Según la OMS, el 60% de los casos de sobrepeso en adultos está vinculado con patrones de alimentación desregulados emocionalmente . Además, informes del Ministerio de Salud del Perú advierten que uno de cada tres jóvenes entre 18 y 29 años ha presentado conductas alimentarias no saludables durante situaciones de alto estrés .
Estrategias para manejar el hambre emocional
Reconocer y atender el hambre emocional no significa ignorar las emociones, sino aprender a gestionarlas de forma saludable. Algunas recomendaciones incluyen:
Practicar alimentación consciente : Comer sin pantallas, prestando atención a las sensaciones del cuerpo.
Llevar un diario emocional : Identificar patrones que vinculan emociones con antojos.
Buscar ayuda profesional : Psicólogos y nutricionistas pueden trabajar en conjunto desde un enfoque integrativo.
Desarrollar redes de apoyo : Conversar con amigos o familiares puede ayudar a canalizar la ansiedad sin recurrir a la comida.
"El primer paso es dejar de juzgarnos. El hambre emocional es un síntoma de algo más profundo, y merece ser atendido con empatía y autoconocimiento" , concluye la especialista Rocío Román.
Escuchar al cuerpo también implica escuchar lo que nuestras emociones quieren decirnos. La comida puede ser fuente de nutrición, pero no debe convertirse en el único consuelo frente al malestar emocional.
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