¿El esmalte dental puede dañarse a causa del agua con gas? Esto dice la ciencia
- Redacción Qhali
- 13 ago
- 4 Min. de lectura
Un reciente estudio testifica sobre su verdadero impacto en la salud de las personas.
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En los últimos años, esta bebida ha tenido un consumo en crecimiento, debido a que representa una alternativa saludable frente al agua natural y refrescos. Sin embargo, según indica el reconocido magazine británico Women's Health, hay una incertidumbre acerca sobre las consecuencias que podría tener en la salud dental debido a su efervescencia y sabor sutilmente ácido dentro de su composición.
Por ello, varias personas se han hecho esta incógnita mediante esta premisa:
¿Realmente está bebida puede generar daño al esmalte dental? Probablemente sea igual de dañina como las azucaradas.
Precisamente ante la interrogante, la Asociación Dental Americana da diversas repuestas al respecto estableciendo una comparación frente a su contraparte saborizada.
Producción del agua con gas:
El agua con gas, conocida también como soda, es obtenida a partir de la añadidura del dióxido de carbono al agua bajo presión, que como resultado da la formación de ácido carbónico, sustancia que provoca las burbujas y el sabor ligeramente ácido en la bebida.
A pesar de que existen aguas minerales carbonatadas de forma natural, gran parte de las marcas usan CO2 artificial. Aunque esto implique el aumento de la acidez, el nivel es inferior comparado al de los refrescos.
Entre los consumidores y expertos, existe una preocupación por la presencia de CO2, ya que también es parte de las bebidas azucaradas. Sin embargo, el daño de los refrescos en su mayoría es proveniente de los azúcares, que en la boca se convierten en ácidos nada favorables para el esmalte dental.
Un aspecto fundamental para medir el efecto de una bebida sobre los dientes es conociendo su acidez o también llamado pH. Por ejemplo, el agua de grifo suele estar en una escala de 6,5 y 8,5, mientras que el agua gasificada contiene un pH entre 4 y 6. Por otro lado, los refrescos y aguas saborizadas llegan a niveles aún más ácidos que rondan entre 2,5 y 3 de pH.
Aquí viene la cuestión, ya que precisamente el esmalte dental se debilita cuando se alcanza un nivel por debajo de 5,5. Por esa razón, los refrescos significan un alto peligro, mientras que el agua con gas simple, pese a que es más ácida que el agua común, muy rara vez puede ser un inconveniente si solo se bebe con moderación y de manera ocasional.

Resultados de los estudios de laboratorio
El equipo de investigación de la Asociación Dental Americana desarrolló un estudio realizando sumersión de dientes en seis tipos de líquidos en un lapso de 24 horas (simulando el consumo habitual de un año), los cuales fueron: refrescos sin azúcar, aguas con gas saborizadas, agua con gas simple, agua sin gas con pH bajo, agua sin gas con pH alto y refresco de cola azucarado.
Teniendo en cuenta todos estos elementos, los principales hallazgos fueron:
Las bebidas saborizantes y los refrescos repercutieron de manera perjudicial al esmalte dental, especialmente cuando la bebida contenía sabores como limón o arándano, que aumentan la acidez. | El agua con gas simple resultó ser menos dañina incluso que el agua sin gas con bajo nivel de pH, gracias a la naturaleza de su acidez. | El tipo de ácido tiene una vital importancia porque los agregados por los sabores añadidos son más difíciles de neutralizar que el carbónico del agua con gas natural. |
Como recomendación clave a nivel científico, es preferible consumir agua con gas simple en lugar de las saborizadas, resaltando que estas últimas son casi tan dañinas como los refrescos.
El papel fundamental de la saliva
La saliva actúa como mecanismo protector al poseer un pH entre 6,5 y 7,5. Una de sus funciones es neutralizar los ácidos que se presentan al comer y beber, evitando así que se dañen el esmalte de los dientes. Esta reacción natural suele ser suficiente siempre y cuando no se consuma de manera excesiva bebidas ácidas.
En el caso de cuando se bebe agua con gas simple solo en contadas ocasiones, la saliva mantiene el equilibrio y reduce el potencial daño, caso contrario con lo que ocurre con las bebidas muy ácidas como los refrescos, ya que dicho mecanismo emitido por la saliva podría resultar insuficiente.
En pocas palabras, gracias a la protección brindada por la saliva el impacto del agua con gas sin sabor sobre los dientes es mínimo.
Recomendaciones para proteger los dientes ante el consumo de agua con gas

Medios especializados en la materia como Women's Health aconsejan los siguiente:
De preferencia optar por agua con gas sin sabores añadidos para evitar que la acidez alcance niveles peligrosos.
Moderar la frecuencia en la que se consume esta bebida.
Realizar una buena higiene bucal cada vez que se consuma bebidas ácidas, cepillando los dientes después del consumo y usando hilo dental regularmente.
Alternar el agua con gas con el agua común y otros alimentos.
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