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Estos son los trastornos de ansiedad que existen y consejos para combatirlos


  • La ansiedad es una emoción normal y a menudo saludable. Sin embargo, cuando una persona siente niveles desproporcionados de ansiedad con frecuencia, podría convertirse en un trastorno médico.

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Los trastornos de ansiedad se han convertido en una de las principales causas de malestar emocional en el siglo XXI. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 301 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de trastorno de ansiedad, convirtiéndose en el trastorno mental más común a nivel global. En América Latina, la situación no es distinta: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que 1 de cada 4 personas en la región ha experimentado síntomas de ansiedad desde la pandemia por COVID-19.


En el Perú, un estudio del Ministerio de Salud (MINSA) reveló que los trastornos de ansiedad representan cerca del 30% de los diagnósticos de salud mental atendidos en establecimientos públicos, y se calcula que más del 12% de la población adulta ha presentado episodios de ansiedad severa en el último año. A pesar de su alta prevalencia, la ansiedad sigue siendo una condición poco visibilizada, muchas veces confundida con estrés o simple nerviosismo.


Este artículo explora qué son los trastornos de ansiedad, cómo se manifiestan, qué factores los desencadenan y qué opciones existen para tratarlos y prevenirlos.


La Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) define la ansiedad como “una emoción caracterizada por sentimientos de tensión, pensamientos angustiantes y cambios físicos como el aumento de la presión arterial”. Conocer la diferencia entre los sentimientos normales de ansiedad y un trastorno de ansiedad que requiere atención médica puede ayudar a una persona a identificar y tratar la afección.

¿Cuándo necesita tratamiento la ansiedad?


Aunque la ansiedad puede generar malestar, no siempre significa que haya una enfermedad o problema grave.


Sentirse ansioso en ciertas situaciones difíciles o peligrosas es algo completamente normal, e incluso necesario para sobrevivir. Desde tiempos antiguos, cuando los humanos se enfrentaban a depredadores o amenazas, el cuerpo activaba una especie de "alarma" natural: el corazón latía más rápido, empezábamos a sudar y nuestros sentidos se agudizaban. Esto nos preparaba para actuar rápido, ya sea para huir o defendernos. A esta reacción se le llama respuesta de lucha o huida, y es una forma que tiene nuestro cuerpo de protegernos ante el peligro.


Hoy en día, ya no huimos de animales salvajes, pero sí nos enfrentamos a otro tipo de amenazas como el estrés en el trabajo, los problemas económicos, la salud o las relaciones personales. Aunque estas situaciones no ponen en riesgo nuestra vida, el cuerpo puede reaccionar con ansiedad de manera similar.


Por ejemplo, sentir nervios antes de una entrevista o al cruzar una calle con tráfico puede ayudarnos a estar más alertas y tomar decisiones seguras. En ese sentido, la ansiedad cumple una función útil.


La ansiedad se convierte en un trastorno cuando aparece con demasiada frecuencia, dura más de lo normal o es tan intensa que interfiere con la vida diaria. Algunas personas pueden sentir náuseas, mareos, aumento en la presión arterial o pensamientos negativos que no desaparecen. En estos casos, ya no hablamos de una ansiedad normal, sino de un trastorno de ansiedad.


Según la Asociación Americana de Psicología (APA), una persona con este trastorno suele tener pensamientos constantes de preocupación o miedo que no puede controlar, lo que afecta su bienestar y su rutina.


Síntomas

Si bien diferentes diagnósticos constituyen trastornos de ansiedad, los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada a menudo incluyen los siguientes:


  • desasosiego, y una sensación de estar “al borde”

  • sentimientos incontrolables de preocupación

  • aumento de la irritabilidad

  • dificultades para concentrarse

  • dificultades para dormir, por ejemplo, no poder conciliar el sueño o permanecer dormido


Aunque ciertos síntomas de ansiedad son comunes en la vida diaria, las personas que sufren trastorno de ansiedad generalizada (TAG) los sienten de forma constante o muy intensa. Esta condición puede manifestarse como una preocupación permanente, sin una causa clara, o como una ansiedad tan fuerte que interfiere con las actividades normales del día a día.


Tipos

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), utilizado por profesionales de la salud mental, clasifica los trastornos de ansiedad en distintas categorías. En versiones anteriores del manual, se incluían otros trastornos como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el estrés postraumático o el estrés agudo, pero en la actualidad ya no forman parte del mismo grupo.


A continuación, te explicamos los principales tipos de trastornos de ansiedad reconocidos hoy:


  1. Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): Es un tipo de ansiedad crónica y persistente, caracterizada por una preocupación excesiva sobre diferentes aspectos de la vida, aunque a veces la persona no sepa con certeza qué le preocupa. Es el tipo más común de trastorno de ansiedad.

  2. Trastorno de pánico: Quienes lo padecen sufren ataques repentinos e intensos de miedo o terror, acompañados de síntomas físicos como temblores, mareos, dificultad para respirar, náuseas y palpitaciones. Los ataques pueden durar desde unos minutos hasta más de una hora y pueden surgir sin una causa clara. Muchas personas temen que se trate de una enfermedad grave y cambian su rutina por miedo a que el ataque se repita.

  3. Fobia específica: Se trata de un miedo extremo o irracional hacia un objeto o situación concreta, como animales, alturas, agujas o volar en avión. Aunque la persona sabe que su miedo es exagerado, no puede evitar sentir ansiedad ni controlar sus reacciones.

  4. Agorafobia: No es simplemente el miedo a los espacios abiertos, como suele creerse. Es el miedo a estar en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil o donde no habría ayuda disponible en caso de sufrir una crisis. Esto puede hacer que la persona evite salir de casa, usar transporte público o ir a lugares concurridos.

  5. Mutismo selectivo: Es un trastorno que afecta principalmente a niños. Aunque pueden hablar con normalidad en casa o con personas de confianza, son incapaces de hablar en otros contextos como la escuela. Esto no se debe a un problema del habla, sino a una fuerte ansiedad social.

  6. Trastorno de ansiedad social (fobia social): Quienes lo sufren tienen miedo intenso a ser juzgados, ridiculizados o rechazados en situaciones sociales. Pueden evitar hablar en público, conocer gente nueva o incluso comer delante de otros. Esta ansiedad puede interferir seriamente con su vida personal, académica o laboral.

  7. Trastorno de ansiedad por separación: Este trastorno no solo afecta a niños. Ocurre cuando una persona experimenta ansiedad extrema al separarse de alguien con quien tiene un fuerte vínculo emocional, como un padre, pareja o cuidador. En algunos casos, la separación puede generar síntomas parecidos a un ataque de pánico.


Causas

Las causas de los trastornos de ansiedad son complicadas. Muchas podrían ocurrir en el acto, algunas pueden conducir a otras, y algunas podrían no provocar un trastorno de ansiedad a menos que otro esté presente.


Las posibles causas incluyen:


  • estrés ambiental: dificultades en el trabajo, problemas de relación o problemas familiares

  • genética: las personas que tienen familiares con un trastorno de ansiedad son más propensas a experimentar uno ellas mismos

  • factores médicos: los síntomas de una enfermedad diferente, los efectos de un medicamento, o el estrés de una cirugía intensiva o una recuperación prolongada

  • química cerebral: los psicólogos definen muchos trastornos de ansiedad como desajustes de hormonas y señales eléctricas en el cerebro

  • abstinencia de una sustancia ilícita: cuyos efectos podrían intensificar el impacto de otras posibles causas


Tratamiento


Autotratamiento:


Control del estrésOrganizar tus actividades, evitar la sobrecarga de tareas y reservar tiempo para descansar puede disminuir los factores que desencadenan la ansiedad.


  1. Técnicas de relajaciónEjercicios como la meditación, la respiración profunda, los baños relajantes, el yoga y descansar en un espacio tranquilo ayudan a calmar la mente y el cuerpo.

  2. Reemplazo de pensamientos negativosEscribir los pensamientos negativos y luego reemplazarlos por versiones positivas y realistas puede cambiar la perspectiva emocional. También se recomienda visualizar situaciones en las que logras superar tus miedos.

  3. Red de apoyoHablar con personas de confianza, como amigos o familiares, puede ser de gran ayuda. También existen grupos de apoyo presenciales y en línea.

  4. Ejercicio físico regularEl movimiento activa la liberación de endorfinas, mejora la autoestima y reduce los niveles de ansiedad.


Terapias psicológicas: un camino guiado hacia la recuperación


La forma más común de tratamiento es la terapia psicológica, y entre las más efectivas se encuentra la terapia cognitivo-conductual (TCC).

  • La TCC ayuda a identificar y cambiar pensamientos negativos que generan ansiedad.

  • Enseña a la persona a reaccionar de forma más saludable ante los factores que le provocan miedo o preocupación.

  • También puede incluir ejercicios de exposición gradual a las situaciones que generan ansiedad, lo que permite enfrentar los miedos con mayor confianza.


Medicamentos para tratar la ansiedad


Cuando la ansiedad interfiere seriamente en la vida de una persona, el uso de medicamentos puede ser útil, siempre bajo la supervisión de un psiquiatra. Entre los fármacos más recetados se encuentran:


  • Benzodiazepinas (como diazepam): Eficaces pero con riesgo de dependencia. Suelen causar somnolencia.

  • Antidepresivos (como fluoxetina o citalopram): Utilizados también para tratar la ansiedad. Pueden provocar efectos secundarios como náuseas o nerviosismo al inicio del tratamiento.

  • Tricíclicos (como imipramina): Menos utilizados hoy por sus efectos secundarios (sequedad de boca, mareos, aumento de peso), pero aún útiles en algunos casos.

  • Otros medicamentos incluyen: betabloqueantes, buspirona y inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).


Siempre es importante consultar con un profesional de salud antes de iniciar o suspender cualquier tratamiento farmacológico.


La ansiedad puede tratarse de muchas formas, y no todas las personas necesitan seguir el mismo camino. Ya sea a través de técnicas de autocuidado, terapia o medicación, lo fundamental es reconocer los síntomas y buscar ayuda profesional cuando sea necesario. La salud mental también necesita atención y compromiso.

 
 
 

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