top of page

Las emociones también se equivocan: por qué no todo lo que sentimos es cierto

  • Creer que lo que sentimos siempre es cierto puede llevarnos a decisiones equivocadas.El razonamiento emocional distorsiona la realidad y afecta nuestra conducta sin que lo notemos.

    Las emociones también se equivocan: por qué no todo lo que sentimos es cierto
    Fuente: Pixabay
dfs

Las emociones cumplen un rol vital en nuestra supervivencia: nos alertan, nos protegen y nos permiten reaccionar rápidamente. El miedo, por ejemplo, pone en marcha una serie de respuestas automáticas cuando detectamos una amenaza, como correr ante un auto que no frena. Este sistema emocional ha sido clave para la evolución humana. Sin embargo, también puede jugarnos en contra cuando no distinguimos entre una amenaza real y una percepción subjetiva.


El razonamiento emocional ocurre cuando damos por cierta una emoción sin cuestionarla, creyendo que si sentimos algo, debe ser verdad. Si me siento culpable, es porque hice algo mal; si estoy triste, es porque mi vida va mal. Este tipo de razonamiento puede llevarnos a interpretar de forma errónea situaciones cotidianas y actuar en consecuencia, sin un análisis real de lo que está ocurriendo.


Las emociones también se equivocan


No todas las emociones que sentimos son proporcionales o coherentes con el presente. Muchas veces, están influenciadas por experiencias pasadas o aprendizajes que ya no se ajustan a nuestra realidad actual. Por ejemplo, una persona puede evitar tomar trenes tras ver un accidente en las noticias, aunque estadísticamente sean seguros. O puede enojarse con su pareja después de un mal día en el trabajo, creyendo que el comentario de la otra persona fue intencional.


El problema aparece cuando reaccionamos como si esa emoción fuera una señal objetiva. Este patrón puede generar conflictos, reducir nuestra capacidad de tomar decisiones asertivas e incluso hacernos vulnerables al chantaje emocional. En otras palabras, vivimos reaccionando, no eligiendo.


Emociones sí, pero con conciencia


Aprender a identificar el razonamiento emocional no implica rechazar lo que sentimos, sino desarrollar una mirada más consciente. Nombrar con precisión lo que nos pasa, buscar explicaciones alternativas y actuar en función de la situación —no solo de la emoción— son pasos clave para una vida más equilibrada.


Las emociones son valiosas, pero no infalibles. Sentir no siempre es sinónimo de verdad. Saber cuándo escuchar y cuándo cuestionar puede marcar la diferencia entre reaccionar por impulso o actuar con claridad.

Comentarios


bottom of page