¿Por qué te muerdes las uñas? La psicología lo explica
- Redacción Qhali
- 11 ago
- 2 Min. de lectura
Este hábito puede afectar tanto tu salud emocional como física. Conoce qué lo causa, cómo impacta tu bienestar y qué recomiendan los expertos para dejarlo.

Comerse las uñas no siempre es solo una manía. En muchos casos, este comportamiento, conocido como onicofagía, puede tener un trasfondo emocional o conductual que requiere atención profesional, según la Sociedad Española de Medicina Interna. Este hábito se presenta mayormente en niños y adolescentes, y en algunos casos incluye también la cutícula o la piel de alrededor.
“Es más frecuente en los niños, pues lo presentan un 30 por ciento de ellos entre los siete y diez años, y puede llegar al 45 por ciento de los adolescentes. En ocasiones no solo se comen las uñas sino también la cutícula de la piel vecina, los padrastros”, señaló la Sociedad Española de Medicina Interna.
Además, la Fundación TLC para Comportamientos Repetitivos Enfocados en el Cuerpo indica que morderse las uñas suele relacionarse con tensión previa, daño visible, una sensación momentánea de alivio y malestar emocional. Este comportamiento automático también está vinculado al estrés, la ansiedad, el nerviosismo y el mal humor.
¿Qué riesgos trae este hábito para tu salud?

Más allá de lo estético, la onicofagia puede provocar daños en uñas, piel y boca. Hay quienes intentan ocultar las lesiones para evitar el juicio externo. Además, hay riesgos físicos que no siempre se consideran, como infecciones o incluso problemas en el sistema digestivo.
“En adultos la onicofagia puede ser causada por la pérdida de empleo, el duelo por la muerte de algún familiar o simplemente por un extremo estrés cotidiano. Como las uñas están formadas por un tejido con queratina, duro, al cortarlas con los dientes algunas queda con diferentes aristas, picos o filos que pueden lesionar los labios y el sistema digestivo”, indicó la Dra. Rosa María Ponce Olivera, Facultad de Medicina, UNAM.
¿Cuándo debes buscar ayuda profesional?
Cuando el hábito interfiere con la vida diaria o el bienestar emocional, acudir al especialista puede marcar la diferencia.
“En ocasiones un psicólogo nos ayudará a superar la ansiedad, u otros problemas, a mejorar la autoestima, y eliminar el sentimiento de culpa que el afecto pueda tener. O también las conductas compulsivas. A veces los adultos se pasan al tabaco o al chicle y abandonan ese hábito”, recomienda la Sociedad Española de Medicina Interna.
Por su parte, la Fundación TLC señala que la terapia psicológica puede ser clave para identificar los factores emocionales que originan este hábito y aprender a gestionarlos de forma saludable. Explican que las estrategias más eficaces combinan técnicas que abordan tanto lo emocional como lo conductual, lo que permite al paciente tomar conciencia de sus emociones y modificar su comportamiento de manera más adaptativa.
Claves para cuidar tus uñas y tu bienestar emocional

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