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Salud mental juvenil en crisis: ansiedad y depresión golpean a la Generación Z

  • Más jóvenes peruanos viven crisis emocionales por presión social, académica y digital. El Minsa alerta que los casos de ansiedad y depresión van en aumento y piden reforzar apoyo real y profesional.

    Salud mental juvenil en crisis: ansiedad y depresión golpean a la Generación Z
    Según un estudio del Global Wellness Institute, los jóvenes de 18 a 25 años pasan en promedio más de 4 horas al día en redes sociales, lo que aumenta hasta 65 % el riesgo de insomnio y ansiedad crónica. Foto: Unsplash

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La presión de encajar, destacar en la universidad o redes sociales y planear un futuro incierto ha puesto la salud mental juvenil en el centro del debate en Perú. Según cifras del Ministerio de Salud (Minsa), en lo que va de 2025 se han reportado más de 1,153 atenciones por crisis emocionales, de las cuales el 45 % corresponden a jóvenes de 18 a 29 años.


Detrás de cada número hay estudiantes, trabajadores jóvenes o creadores de contenido que encuentran en Internet desahogo y compañía, pero también una fuente de comparación constante. “Las redes sociales disparan la ansiedad por la autoexigencia y la sensación de no ser suficiente”, explica Dra. Elena Gómez, psicóloga clínica citada por Salud Hoy en el 2024.


 ¿Qué factores disparan la crisis?

Los especialistas coinciden en que el aislamiento social durante la pandemia, la inestabilidad económica y la hiperconexión digital son detonantes clave. La psicóloga Carla Torres, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, advierte que la cultura del “éxito inmediato” en plataformas como TikTok y Instagram puede agravar cuadros de ansiedad, “Si no eres productivo o popular, sientes que fracasas”.


Este fenómeno se refleja en la saturación de consultas psicológicas en instituciones públicas y privadas. El Minsa sostiene que las consultas por depresión en jóvenes también muestran una tendencia creciente, con más de 182,000 casos de ansiedad diagnosticados solo hasta julio de 2024.

Ansiedad y depresión en la generación Z
Un solo comentario negativo tiene 5 veces más impacto emocional en un adolescente que diez mensajes positivos, según la psicóloga Carla Torres. El cerebro retiene más el hate que los halagos. Foto: Unsplash

¿Cómo afecta la presión social digital?

Un simple “like” o un comentario pueden parecer inofensivos, pero para la Generación Z se han convertido en símbolos de aprobación, popularidad y hasta autoestima.

Según la psicóloga Elena Gómez (Salud Hoy), “la validación externa se ha vuelto casi parte de la identidad digital. Si el video no recibe vistas o el post no tiene likes, muchos jóvenes sienten que valen menos”.

El problema es que el algoritmo alimenta la comparación: mientras más perfecto luce alguien más, mayor es la frustración personal. El Global Wellness Institute explica que pasar más de 3 horas diarias en redes sociales se asocia con niveles más altos de ansiedad y problemas de sueño. La constante exposición a filtros, cuerpos idealizados, vidas de éxito y frases motivacionales, en lugar de ayudar, puede intensificar sentimientos de fracaso.


Además, la cultura del hate y el bullying virtual afecta la seguridad emocional de los jóvenes. Un comentario hiriente puede volverse viral igual que un video gracioso.

“Se sienten expuestos, inseguros y ansiosos, pero al mismo tiempo atados a mostrar cada parte de su vida para no perder relevancia”, señala la psicóloga Carla Torres de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (Salud Hoy, 2024).

Para muchos, la presión de sostener una imagen “feliz” online los lleva a esconder problemas reales o a postear contenido emocional solo para liberar tensión. Es un círculo donde la comparación, la aprobación y la ansiedad se retroalimentan cada día con un scroll infinito.


¿Qué apoyo real existe?

En respuesta, el Minsa y organizaciones como la OPS/OMS impulsan la creación de Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC), diseñados para ofrecer atención gratuita y cercana. Sin embargo, el déficit de psicólogos y psiquiatras sigue siendo un reto, según el Minsa, faltan profesionales para cubrir la demanda real, sobre todo en zonas rurales y comunidades vulnerables.


A nivel familiar, los psicólogos recomiendan mantener espacios de escucha real, rutinas sin pantallas y buscar ayuda profesional cuando los síntomas de ansiedad y depresión se prolongan. “No basta con un consejo de TikTok, la salud mental necesita acompañamiento y tratamiento real”, insiste Torres.


La salud mental ya no puede ser un tabú. Padres, colegios y universidades juegan un rol clave para detectar señales de alarma y abrir espacios de conversación. Proyectos como talleres de bienestar emocional, mentorías y grupos de apoyo pueden marcar la diferencia. Además, la psicóloga Gómez sugiere educar a la Gen Z para usar la tecnología a favor, filtrando contenidos y limitando la exposición a comparaciones tóxicas. “Internet puede ser parte de la solución, si se usa como puente para pedir ayuda profesional y no como única vía de escape”, recalca.


Detrás de cada meme, reel o selfie perfecto, hay emociones reales. La Generación Z tiene más herramientas que nunca para expresar lo que siente, pero eso no sustituye el apoyo familiar, la escucha profesional ni la contención comunitaria. Si notas que alguien a tu alrededor necesita ayuda, ofrece tu tiempo, tu oído y, de ser necesario, tu acompañamiento para llegar a un especialista. La salud mental juvenil es responsabilidad de todos.

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