Síndrome de Estocolmo inverso: cuando el captor se pone del lado de la víctima
- Redacción Qhali
- hace 7 días
- 3 Min. de lectura
Aunque no es muy conocido, este extraño síndrome originado en Lima, tiene un impacto social en los casos de secuestro.


Es probable que muchos han oído hablar del Síndrome de Estocolmo, el cual ocurre cuando una víctima desarrolla un vínculo afectivo con su agresor, como el caso de la estadounidense Patricia Hearst, quien se habría enamorado de su secuestrador y llegó a unirse a su banda criminal. Pero ¿qué sucede cuando el caso es al revés? Si es el agresor quien termina enamorándose de la víctima. A este extraño fenómeno se le denomina como Síndrome de Estocolmo inverso o Síndrome de Lima.
Según el psicólogo Juan Corbín, este síndrome se evidencia de diferentes formas buscando proteger a la victima hasta cuidar de su salud integral.
"Es un estado psicológico que puede tener sentimientos positivos e incluso románticos hacia la persona a la cual priva de su libertad", explicó Corbín.
Esta condición pone en evidencia los limites del conocimiento de la mente humana que continua siendo un terreno desconocido incluso en la actualidad y, que en algunos casos, los afectados describen sus vivencias como en una película cinematográfica.
¿Cómo se originó este síndrome?
Existen dos teorías de cómo pudo surgir este síndrome en el año 1996:
La primera, involucra al psiquiatra limeño, Mariano Querol, quien fue secuestrado y, al conocer el Síndrome de Estocolmo, decidió aplicarlo con su secuestrador, intentando manipularlo para que sintiera lástima por él sin imaginar que terminaría provocando lo que hoy se conoce como Síndrome de Lima. Es el mismo especialista quien escribió un articulo en la Revista de Neuro-Psiquiatría explicando su historia y como él no lo denomina "síndrome" sino "efecto", ya que no estaría relacionado con alguna patología.
La segunda, según un artículo publicado en el blog Surrealmente, se originó en la toma de la residencia del embajador japonés Akihito en Lima, donde cientos de invitados se encontraban celebrando su aniversario, y que luego fueron tomados como rehenes por el grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru(MRTA), quienes liberaron a muchos rehenes porque empezaron a empatizar con ellos.
Síntomas del síndrome
La plataforma de información Healthline menciona cuales serían algunas señales que presenta este síndrome:
Sentir empatía por la situación de un cautivo
Volverse más atento a las necesidades o deseos de un cautivo
Empezando a identificarse con un cautivo
Desarrollar sentimientos de apego, cariño o incluso afecto por un cautivo.
Estos indicios no solo se aplicarían en una situación de secuestro criminal, sino también en situaciones cotidianas donde hay una persona que tiene el rol de el abusador y forma una conexión positiva con su víctima, según el artículo.
Tratamiento para el síndrome
No se tienen muchos estudios realizados sobre el síndrome, ya que, según la plataforma de formación en psicología, Neuro Class, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM) y la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE), no lo incluirían, lo que dificultaría encontrar un tratamiento.
Sin embargo, el psicólogo Rafael Gómez, explica que en el tratamiento intervienen dos aspectos importantes: terapia psicológica, con el fin de identificar y mejorar patrones de pensamiento del trauma; y acompañamiento emocional, ya que "es fundamental brindar un enfoque integral y compasivo para abordar las necesidades de las personas afectadas, tanto a nivel individual como comunitario", mencionó.
Este síndrome representa un gran desafío para la psicología clínica y forense; sin embargo, generar conciencia a nivel social y es fundamental para poder identificar sus síntomas y brindar un tratamiento adecuado.
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