¿Te cuesta recordar tu infancia? Podría estar vinculado a disociación emocional
- Deborah Astengo
- 1 oct
- 2 Min. de lectura
Los especialistas señalan que puede tratarse de un mecanismo psicológico asociado a experiencias emocionales intensas o traumas.

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La disociación emocional es un proceso en el cual la mente se “desconecta” de ciertos recuerdos o sensaciones para protegerse de experiencias dolorosas. Según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) , este fenómeno puede variar desde olvidos cotidianos hasta la incapacidad de recordar períodos completos de la vida.
Los recuerdos de la infancia son particularmente vulnerables, ya que durante los primeros años el cerebro aún está en desarrollo y es más sensible a experiencias estresantes.
La psicoterapeuta británica Cathy Malchiodi, especialista en trauma, explica que “el olvido infantil no siempre es inocuo: en muchos casos responde a una estrategia inconsciente de supervivencia emocional”.
Evidencias desde la investigación
Un estudio publicado en Frontiers in Psychology (2023) reveló que más del 35% de adultos que reportan dificultades para recordar su infancia presentan altos indicadores de disociación . Los investigadores señalan que los recuerdos fragmentados pueden estar vinculados a entornos familiares tensos, violencia o incluso a dinámicas de sobreexigencia.
En Perú, un informe de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (MINSA) advierte que la exposición a violencia intrafamiliar durante la niñez aumenta hasta tres veces el riesgo de disociación en la vida adulta.
Consultada por este medio, la psicóloga peruana Zulita Dioses , especialista en trauma y regulación emocional, sostiene que este fenómeno suele estar invisibilizado. "Cuando alguien dice 'no recuerdo casi nada de mi infancia' , no siempre se trata de un simple olvido. Puede ser que su mente haya decidido bloquear esos recuerdos porque en su momento resultaban insoportables", explica.
Señales de alerta y caminos de apoyo
Los especialistas recomiendan estar atentos a signos como:
Sensación de “vacíos” en la memoria.
Dificultad para conectar con emociones al recordar la infancia.
Recuerdos vagos o fragmentados.
Despersonalización (sentirse “fuera del propio cuerpo” en ciertos momentos).
El abordaje suele requerir terapia psicológica especializada , como la terapia cognitivo-conductual enfocada en trauma o la terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares). Estas técnicas ayudan a reconectar con los recuerdos y procesarlos de manera saludable .
Finalmente, la psicóloga Dioses resalta que recordar no siempre significa revivir el dolor . Muchas veces, el proceso terapéutico permite resignificar los recuerdos y construir una narrativa de vida más completa. “Lo que bloqueamos nos condiciona, pero lo que procesamos nos libera”, puntualiza.
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