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¿Cómo conservar el optimismo de la infancia a lo largo del tiempo?

  • Descubre cómo pequeños hábitos y actitudes pueden ayudarte a mantener el optimismo de niño.


¿Cómo conservar el optimismo de la infancia a lo largo del tiempo?
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¿Por qué dejamos de tener OPTIMISMO con el tiempo?

De niños, solemos ver el mundo con ilusión, confianza y esperanza. Pero a medida que crecemos, las responsabilidades, el estrés y la experiencia nos vuelven más cautos, incluso pesimistas. Ante esto, surge la pregunta: ¿Cómo conservar el optimismo de la infancia a lo largo de la vida?


La respuesta podría ser más importante de lo que pensamos. Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences encontró que las personas más optimistas vivían, en promedio, un 14,9% más que las menos optimistas. Además, tenían entre 1,5 y 1,7 veces más probabilidades de alcanzar los 85 años, incluso después de ajustar por factores de salud y estilo de vida.


Mantener esa mirada positiva, no solo mejoraría nuestra actitud, sino que también puede marcar una diferencia real en la longevidad.


No solo es ver el lado bueno de las cosas

Nerea Moreno, psicóloga de Psicología y Mente, explica que muchas personas adultas tienden a considerar el optimismo simplemente como una actitud mental, una manera particular de ver e interpretar el mundo que se caracteriza por enfocarse en el lado positivo de las cosas y confiar en que todo saldrá bien.

Sin embargo, "en la infancia se puede observar una tendencia sistemática a sobreestimar sus capacidades y habilidades, así como los resultados que van a obtener en el futuro", mencionó la especialista.

Esto significa que el optimismo infantil no se trata solo de ver el lado bueno de las cosas, sino también de creer en su propia capacidad de lograr objetivos. Por ejemplo, un niño que nunca ha pintado antes puede estar convencido de que logrará hacer un dibujo hermoso, y esa confianza lo impulsa a experimentar, probar nuevas técnicas y aprender en el proceso, aunque el resultado no sea perfecto.


¿Por qué dejamos de tener OPTIMISMO con el tiempo?

Un artículo publicado en la revista Nature Reviews Psychology menciona tres posibles explicaciones, considerando el optimismo como expectativas positivas sobre el yo futuro:


  • Aprendizaje por experiencia: A medida que los niños viven más experiencias y reciben retroalimentación de su entorno, como calificaciones en la escuela o comparaciones con otros, van ajustando sus expectativas. Aprenden que no siempre todo sale como esperan, por lo que su confianza inicial se vuelve más realista.

  • Desarrollo de teorías: Con el tiempo, los niños modifican sus creencias sobre el éxito y sus propias capacidades. Antes, pensaban que esfuerzo = éxito y que sus deseos siempre podían cumplirse. Al crecer, aprenden a diferenciar lo que desean de lo que es probable que ocurra, lo que reduce su optimismo desmedido.

  • Sesgos de aprendizaje por valencia: Los niños comienzan a aprender más de los errores y fracasos que de los aciertos. La información negativa o correctiva los hace más conscientes de sus límites y capacidades reales, ajustando sus expectativas de forma más realista.


¿Cómo empezar a ser optimista?

Un artículo publicado en plataforma Psicología-Online menciona algunas recomendaciones prácticas para empezar a ser optimista en el día a día:

  1. Identifica tus emociones y acepta la realidad: Reconoce tus emociones y analiza su origen. No niegues los problemas, sino enfócate en lo positivo y ve las adversidades como parte del aprendizaje.

  2. Piensa en tus fortalezas: Reconoce tus capacidades y habilidades para enfrentar dificultades. Visualiza un futuro positivo y considera los obstáculos como oportunidades para aprender.

  3. Reconoce y aísla tus pensamientos negativos: Filtra los pensamientos negativos y sustitúyelos por alternativas más realistas y potenciadoras. Por ejemplo, cambia “nunca lo terminaré” por “lo haré en tareas más pequeñas”.

  4. Controla tus respuestas: Aprende a manejar tus emociones ante adversidades. Recuerda que los problemas son temporales y que no todo depende de ti. Reflexiona antes de reaccionar.

  5. Rodéate de personas optimistas: La actitud positiva se contagia. Busca amigos y entornos que irradien buena energía y entusiasmo.

  6. Sé realista: Acepta que habrá altibajos en la vida. Prepárate para los problemas, pero mantén la expectativa de que las cosas mejorarán.

  7. Practica la gratitud y elige la felicidad: Dedica tiempo a agradecer lo positivo de tu vida, como la salud, la familia y los logros. Elige ser feliz y mantener una actitud positiva, pese a las circunstancias.

  8. Vive el presente: Evita obsesionarte con el pasado o el futuro. Concéntrate en el “aquí y ahora”, cuida tu salud, realiza actividades que disfrutes y mantén hábitos que favorezcan tu bienestar.



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