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Triste pero funcional: cuando cumples con todo, pero por dentro estás mal

  • Muchas personas logran mantener su rutina, cumplir con sus responsabilidades y mostrarse “bien” ante los demás, mientras libran una batalla emocional silenciosa.

    Triste pero funcional: cuando cumples con todo, pero por dentro estás mal
    Foto: Freepick

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A diferencia de la depresión clásica que suele incapacitar a la persona, la depresión funcional se manifiesta en individuos que, pese a su sufrimiento interno, mantienen una vida aparentemente normal. Van al trabajo, estudian, socializan y responden con eficacia a sus deberes. Pero, en silencio, experimentan un malestar emocional persistente que no logran expresar.


Según la American Psychological Association (APA), este tipo de depresión afecta más a mujeres jóvenes y adultos entre los 25 y 40 años, en contextos de alta autoexigencia o presión social. No se encuentra clasificada como un diagnóstico oficial en el DSM-5, pero se considera una forma atípica de trastorno depresivo mayor.


Hay personas que se levantan, trabajan y hasta sonríen, pero por dentro están desgastadas, desconectadas y tristes todo el tiempo. Cumplen con todo, pero no disfrutan nada”, explica la psicóloga peruana María José Illescas, especialista en salud mental y emociones.


¿Cómo identificar este tipo de tristeza silenciosa?


Una de las mayores dificultades de la depresión funcional es que es difícil de detectar, tanto por el entorno como por la misma persona que la padece. El rendimiento externo oculta el deterioro emocional interno.


Señales comunes incluyen:

  • Fatiga constante a pesar del descanso.

  • Sensación de vacío o desconexión emocional.

  • Automatización de la rutina sin disfrute.

  • Irritabilidad o sensibilidad excesiva.

  • Dificultad para experimentar placer (anhedonia).

  • Autodiálogo negativo o perfeccionismo extremo.


Es una tristeza que no incapacita el cuerpo, pero sí el alma. La persona se vuelve experta en simular normalidad, por eso muchas veces pide ayuda cuando ya está muy agotada emocionalmente”, advierte Illescas.


¿Por qué ocurre? El peso de la autoexigencia y el miedo a fallar


De acuerdo con investigaciones publicadas en The Lancet Psychiatry (2023), la depresión funcional suele estar relacionada con altos niveles de autoexigencia, trauma emocional no procesado y dificultad para validar el propio sufrimiento.


Quienes la padecen, en muchos casos:

  • Crecieron bajo modelos donde el rendimiento era más valorado que el bienestar emocional.

  • Temen mostrarse vulnerables por miedo a ser vistos como débiles.

  • Asocian su valor con la productividad, no con el descanso o el equilibrio.


En el Perú, un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi identificó que 7 de cada 10 personas con sintomatología depresiva leve a moderada no buscan atención psicológica, en parte por normalizar su tristeza como parte del estrés diario.


¿Qué hacer si te sientes así?


El primer paso es reconocer que algo no está bien, aunque desde afuera todo parezca en orden. Pedir ayuda no significa que estés fallando, sino que estás cuidando de ti.


Recomendaciones de especialistas:

  • Buscar terapia psicológica con enfoque en salud emocional y manejo del perfeccionismo.

  • Reducir la autoexigencia, priorizando el descanso, los vínculos y el autocuidado.

  • Hablar con personas de confianza, incluso si no sabes cómo explicar lo que sientes.

  • Evitar la trampa de la comparación, especialmente en redes sociales.

  • Explorar actividades que conecten con el disfrute real, no solo con la obligación.


Estar bien no siempre significa estar funcionando. A veces, lo más valiente que puedes hacer es detenerte y decir: ‘No estoy bien, pero quiero estarlo’”, concluye Illescas.


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