¿Y si no estás “mal”, pero tampoco bien? La zona gris de la salud mental
- Deborah Astengo
- 14 ago
- 3 Min. de lectura
No se trata de una crisis visible ni de un trastorno diagnosticado, pero tampoco de bienestar pleno. Cada vez más jóvenes experimentan una sensación de “vacío funcional” o desconexión emocional persistente.
Foto: Freepick En los últimos años, profesionales de la salud mental han comenzado a describir un fenómeno que no encaja en los extremos tradicionales de la salud emocional. No es depresión clínica, pero tampoco plenitud emocional. No hay síntomas severos, pero sí una insatisfacción persistente, falta de motivación o desconexión de uno mismo.
“Muchos pacientes llegan diciendo que no están mal ‘como para ir al psicólogo’, pero se sienten estancados, apagados o indiferentes ante todo. Están funcionando, pero no viviendo con plenitud”, señala la psicóloga peruana Zulita Dioses, especialista en terapia emocional y bienestar integral.
Este estado ha sido llamado por algunos expertos como “languidez” o “zona gris emocional”, un término popularizado por el psicólogo organizacional Adam Grant durante la pandemia, y que describe la ausencia de bienestar sin llegar al sufrimiento intenso.
¿Qué se siente estar en esta zona gris?
Las personas que atraviesan esta etapa suelen describir síntomas como:
Sentirse “vacíos” sin razón concreta.
Dificultad para entusiasmarse por proyectos o relaciones.
Fatiga emocional sin causa física.
Falta de concentración y creatividad.
Una sensación de “estar sobreviviendo” más que viviendo.
Culpa por no sentirse bien “a pesar de tener todo”.
Según una investigación publicada en The Lancet Psychiatry, el 45% de los jóvenes entre 18 y 30 años reportan haber sentido en algún momento este tipo de vacío emocional prolongado, sin cumplir criterios para un diagnóstico clínico.
¿Por qué es importante prestar atención a este estado?
La zona gris de la salud mental no solo reduce la calidad de vida, sino que puede convertirse en la antesala de un trastorno emocional si se mantiene en el tiempo. Ignorar estas señales puede hacer que el malestar se cronifique o que la persona deje de buscar apoyo por no “sentirse tan mal”.
“La cultura de la productividad ha hecho que solo identifiquemos el burnout o la depresión cuando ya estamos en el límite, pero existe una amplia gama de experiencias emocionales que también merecen atención y validación”, sostiene la especialista.
En Perú, el Ministerio de Salud ha advertido que el malestar emocional subclínico está creciendo entre adolescentes y adultos jóvenes, quienes muchas veces no buscan ayuda por miedo a la estigmatización o por desconocimiento.
¿Qué hacer si sientes que estás “en la nada”?
Algunas estrategias que pueden ayudar a salir de la zona gris emocional:
Reconocer y nombrar lo que sientes, aunque no tenga una etiqueta clínica
Establecer rutinas que generen placer o motivación, no solo obligación
Hablar con un profesional incluso si no te sientes “tan mal”
Buscar espacios de conexión real, como grupos de apoyo o amistades cercanas
Practicar autocompasión, en lugar de juzgarte por no sentirte bien
“No necesitas estar en crisis para merecer ayuda. Sentirte apagado, sin entusiasmo o desconectado también es una señal de que algo necesita atención, y es totalmente válido trabajar en ello”, concluye la psicóloga Zulita Dioses.
Estar en la zona gris emocional no es estar roto, pero tampoco estar completo. Reconocer este estado puede ser el primer paso para evitar caer en cuadros más profundos de ansiedad, depresión o desconexión crónica. La salud mental también incluye los matices, y sentirse “más o menos” también merece cuidado.
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