Cómo identificar un “buen día mental” (y por qué deberíamos celebrarlos)
- Deborah Astengo

- 11 ago
- 2 Min. de lectura
En una cultura que prioriza el rendimiento constante, aprender a reconocer los días en los que nuestra salud mental está en equilibrio es tan importante como atender los momentos de crisis.

Foto: Freepick 
Aunque el concepto de salud mental suele asociarse con la ausencia de síntomas como ansiedad, tristeza o agotamiento, tener un “buen día mental” implica mucho más que sentirse bien emocionalmente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una buena salud mental es la capacidad de gestionar el estrés, mantener relaciones sanas y tomar decisiones constructivas.
“Un buen día mental no necesariamente es un día perfecto, sino uno en el que puedes manejar tus emociones sin sentirte abrumado, estás presente en lo que haces y puedes disfrutar de pequeñas cosas sin culpa”, explica la psicóloga clínica peruana Natalia Olivares, especialista en autocuidado y psicoterapia.
¿Cómo se manifiesta un buen día mental?
Reconocer un día en equilibrio emocional puede ser sencillo si se presta atención a señales cotidianas. Algunas de ellas incluyen:
Sensación de calma o estabilidad emocional sin necesidad de estímulos externos.
Capacidad para concentrarte y tomar decisiones con claridad.
Mayor tolerancia frente a contratiempos o frustraciones.
Buen descanso, apetito equilibrado y ganas de interactuar socialmente.
Ausencia de autocrítica excesiva y pensamientos negativos constantes.
Un artículo publicado por Harvard Health Publishing sugiere que los días en los que se experimenta una sensación de dominio personal, gratitud espontánea y conexión con los demás, representan un estado de “florecimiento mental”, clave para la salud emocional a largo plazo.
¿Por qué es importante celebrarlos?
Reconocer y valorar un buen día mental fortalece la autoestima, refuerza hábitos positivos y sirve como ancla emocional en momentos difíciles. También promueve una visión más amable y realista de la salud mental, alejándose del enfoque exclusivamente clínico.
“Celebrar estos días ayuda a reforzar el circuito de recompensa del cerebro, lo que hace más probable que repitamos acciones que promueven nuestro bienestar. No necesitamos esperar a que todo esté mal para prestarnos atención”, destaca Olivares.
Además, en contextos como el peruano, donde según datos del Ministerio de Salud más del 60% de jóvenes manifiestan sentir estrés o ansiedad con frecuencia, fomentar la consciencia de los momentos de bienestar puede actuar como medida preventiva frente a trastornos emocionales.
¿Cómo fomentar más días así?
Si bien no se puede garantizar que todos los días sean emocionalmente estables, sí se pueden cultivar condiciones para que aparezcan con mayor frecuencia. Algunas recomendaciones incluyen:
Dormir al menos 7-8 horas diarias.
Practicar el agradecimiento y la conciencia plena.
Establecer límites sanos con personas y situaciones que drenan energía.
Tener rutinas que incluyan pausas, autocuidado y movimiento físico.
Reconocer los logros pequeños sin menospreciarlos.
Registra y celebra tus días buenos
Una práctica útil puede ser llevar un registro de los “buenos días mentales”, anotando lo que se hizo diferente, cómo se sintió el cuerpo, qué pensamientos predominaron, y qué tipo de interacciones se tuvieron.
“No estamos programados para funcionar al 100% todos los días, pero sí podemos reconocer cuándo nuestra mente respira. Eso también es progreso”, concluye la especialista.
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