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Depresión y culpa: El círculo vicioso que te hace sentir mal

  • Cuando la depresión te hunde, la culpa surge como una voz interna implacable que dice "no deberías sentirte así", profundizando aún más el malestar emocional.

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La depresión no se limita a la tristeza o la falta de energía, es una sombra persistente que consume cada pensamiento y emoción, y con frecuencia trae consigo una enigmático sensación de culpa. Este vínculo genera un auténtico círculo vicioso, cuanto peor te sientes, más culpable te siente, y esa culpa, a su vez, intensifica la depresión.


"La depresión es ampliamente entendida como una agresión que resulta demasiado angustiante para gestionarse, por lo que finalmente se dirige contra uno mismo, desarrollando así de sentimiento de insuficiencia y auto-reprocha" Asi lo explica la Dra. Natalie Bernstein, psicóloga licenciada.

La psicología moderna también reconoce que esta combinación de depresión y culpa no solo afecta al estado emocional, sino que puede repercutir en la salud física, la calidad del sueño y las relaciones interpersonales.


Tal y como indica el psicólogo cognitivo Aaron T. Beck "Las creencias autocríticas y distorsionadas pueden ser el motor que mantenga activa la depresión".


¿Puede la autoexigencia excesiva ser un detonante de la depresión?


La autoexigencia excesiva, especialmente cuando adopta la forma de perfeccionismo autocrítico, puede convertirse en un detonante de la depresión. Diversas investigaciones han encontrado que las personas con altos niveles de temor al error, dudas constantes sobre su desempeño y autocrítica intensa presentan una mayor probabilidad de desarrollar síntomas depresivos.


Un metaanálisis publicado en Psychological Bulletin reveló que las preocupaciones perfeccionistas se asocian de forma moderada con la depresión. Asimismo, otro estudio realizado en estudiantes universitarios mostró que este patrón psicológico puede desencadenar un círculo descendente de estrés, aislamiento social y malestar emocional.


Según los expertos, este tipo de autoexigencia no solo incrementa la presión interna, sino que también erosiona la autoestima y limita la capacidad de disfrutar de los logros, lo que favorece la aparición y el mantenimiento de la depresión.


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