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Fluoruro en el agua: ¿Aliado o enemigo?

  • La fluoración del agua potable enfrenta un debate creciente en EE. UU. Actualmente es usado para el control de las caries pero, han surgido preguntas importantes sobre sus posibles efectos a largo plazo en nuestra salud.

Fluoruro en el agua: ¿Aliado o enemigo?
Gaceta Dental

La historia de la fluoración del agua comenzó a principios del siglo XX con las observaciones del dentista Frederick McKay en Colorado Springs, quien notó una peculiar "mancha marrón de Colorado" en los dientes de sus pacientes, que luego se identificó como fluorosis dental. Lo sorprendente fue que, a pesar de las manchas, estos individuos presentaban una notable resistencia a las caries. Años de investigación, especialmente por parte de H.V. Churchill de ALCOA y el epidemiólogo dental Dr. H. Trendley Dean, revelaron que la causa era el fluoruro presente naturalmente en el agua, y que niveles óptimos podían prevenir las caries sin causar fluorosis severa.


Basándose en estos hallazgos, en 1945, Grand Rapids se convirtió en la primera ciudad en el mundo en ajustar artificialmente los niveles de fluoruro en su agua potable. Los resultados fueron prometedores, mostrando una reducción significativa en la tasa de caries entre los niños. Desde entonces, la práctica se extendió, y hoy más de 209 millones de estadounidenses consumen agua fluorada, con el respaldo de organizaciones como la Asociación Dental Americana (ADA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que la consideran una medida efectiva, segura y rentable para reducir la caries dentales un 25% aproximadamente.



¿Cuáles son las controversias del fluoruro en el agua?


A pesar de los amplios beneficios para la salud dental, el fluoruro en el agua ha enfrentado una oposición persistente y multifacética. Las preocupaciones van desde objeciones éticas sobre la "medicación forzada" del suministro de agua hasta alegaciones sobre graves riesgos para la salud.


Uno de los puntos de contención más prominentes en los últimos años ha sido la posible asociación entre la exposición al fluoruro y el desarrollo neurológico en niños. Un informe de agosto de 2024 del Programa Nacional de Toxicología (NTP) de EE. UU. concluyó, con "confianza moderada", que niveles de fluoruro en el agua superiores a 1.5 mg/L (más del doble del nivel recomendado en EE. UU.) están asociados con puntuaciones de coeficiente intelectual (CI) ligeramente más bajas en niños. Otro estudio publicado en JAMA Pediatrics y una revisión sistemática de enero de 2025 también señalaron que la exposición a niveles de fluoruro por encima de 1.5 mg/L, tanto en el útero como en la infancia, se asocia con una reducción dosis-dependiente de algunos puntos en el CI infantil.


Sin embargo, los expertos enfatizan que estos estudios a menudo se basan en dosis más altas de fluoruro de las que se encuentran en los sistemas públicos de agua fluorada en EE. UU. La toxicidad del fluoruro, como la de muchas sustancias, depende de la dosis. Niveles excesivamente altos de fluoruro, mucho mayores que los de la fluoración del agua, pueden causar esquelética fluorosis, una condición que afecta a los huesos y articulaciones, volviéndolos quebradizos. No obstante, este tipo de fluorosis es rara en EE. UU. debido a los niveles controlados en el agua.


Otras preocupaciones planteadas por los críticos incluyen posibles vínculos con enfermedades renales y hepáticas, así como algunos tipos de cáncer, especialmente osteosarcoma. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones han refutado estas afirmaciones. La Sociedad Americana del Cáncer y otras organizaciones de salud importantes han concluido que no hay evidencia convincente que vincule el fluoruro con el cáncer a los niveles presentes en el agua potable.



Debate abierto


La decisión de fluorar el agua potable no es un mandato federal en EE. UU., sino que recae en los estados y las comunidades locales, a menudo a través de referéndums. Esta autonomía ha mantenido vivo el debate, con propuestas legislativas que surgen en estados como Nueva Jersey, Kentucky, Georgia, Nebraska, Misuri y Carolina del Norte, buscando ajustar las regulaciones sobre el fluoruro. Además de los riesgos para la salud, también se argumenta que los beneficios del fluoruro en el agua son menos dramáticos hoy en día que antes, debido a la amplia disponibilidad de fluoruro en pastas dentales y otros productos de higiene oral. Sin embargo, los defensores de la fluoración del agua señalan que sigue siendo una medida vital, especialmente para las comunidades desatendidas y de bajos ingresos, que pueden no tener acceso constante a productos dentales fluorados o atención dental regular. Un estudio reciente de mayo de 2025 en JAMA Health Forum sugiere que detener la fluoración del agua podría empeorar la salud dental en niños y aumentar significativamente los costos nacionales de atención médica.


El debate sobre el fluoruro en el agua potable es un reflejo complejo de la intersección entre la ciencia, la política y la percepción pública. Si bien las organizaciones de salud pública continúan afirmando su seguridad y eficacia en los niveles recomendados, la ciencia en evolución sobre los posibles efectos cognitivos y las preocupaciones sobre la autonomía individual aseguran que esta conversación continuará resonando en la sociedad estadounidense.


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