Lo que los mocos dicen de nuestra salud
- Redacción Qhali

- 12 sept
- 4 Min. de lectura
En la antigua Grecia, los mocos, o más bien la flema, eran considerados uno de los cuatro "humores" corporales, fluidos esenciales que determinaban la salud y el temperamento de una persona.


Nuestras fosas nasales son la puerta de entrada a nuestro cuerpo, y los mocos son el guardián incansable en esa entrada. Esta sustancia pegajosa recubre el interior de la nariz, manteniendo las cavidades húmedas y, lo que es más importante, capturando intrusos como bacterias, virus, polen, polvo y contaminantes. Cientos de vellosidades microscópicas, llamadas cilios, trabajan en equipo para mover el moco y los patógenos atrapados hacia la garganta, donde son tragados y destruidos por los ácidos estomacales.
El cuerpo de un adulto produce más de 100 mililitros de mocos al día, una cantidad asombrosa. En los niños, esta producción es aún mayor, ya que sus cuerpos están aprendiendo a lidiar con el vasto mundo de moléculas que los rodea por primera vez, como explica Daniela Ferreira, profesora de Infecciones Respiratorias y Vaccinología de la Universidad de Oxford.
El color y la consistencia de los mocos pueden ofrecer las primeras pistas sobre lo que sucede en nuestro interior. Los mocos transparentes y líquidos suelen ser una señal de que el cuerpo está expulsando irritantes. El moco blanco indica la presencia de glóbulos blancos combatiendo una infección viral. El tono verde o amarillo, a menudo asociado con infecciones bacterianas, es simplemente el resultado de la acumulación y evacuación de glóbulos blancos muertos. Y si el moco es rosado o rojizo, podría ser un signo de irritación leve con un poco de sangre.
El microbioma de nuestras narices
Si bien el microbioma intestinal ha recibido mucha atención, los científicos están descubriendo que el microbioma de nuestros mocos es igualmente crucial. Este ecosistema único de bacterias, virus y hongos, que varía según la edad, el sexo, la ubicación y el estilo de vida, desempeña un papel fundamental en la defensa del sistema inmunitario.
Las investigaciones, como un estudio de 2024, han revelado que la capacidad de bacterias dañinas como el estafilococo para sobrevivir en la nariz y causar infecciones depende de su interacción con el hierro y otras bacterias del microbioma nasal. La profesora Daniela Ferreira está investigando cómo es un microbioma nasal saludable para desarrollar un futuro espray nasal que, al igual que los probióticos para el intestino, pueda mejorar la salud de los mocos y fortalecer el sistema inmunitario. "Imaginen si pudiéramos alterar lo que tenemos en la nariz con muchas especies beneficiosas que se quedan allí y colonizan, impidiendo que las malas entren y nos enfermen", afirma Ferreira. Su trabajo sugiere que el microbioma de los mocos también puede influir en la eficacia de las vacunas, lo que podría conducir al desarrollo de vacunas más potentes contra enfermedades respiratorias como la COVID-19 y la gripe.
El futuro de la medicina
Los mocos no solo protegen, sino que también pueden ser una fuente invaluable de información médica. En Suecia, los científicos están experimentando con una técnica sorprendente: el trasplante de mocos. En un estudio piloto, los investigadores inyectaron mocos de personas sanas a pacientes con rinosinusitis crónica, una afección que provoca congestión y dolor facial. Los resultados mostraron una reducción significativa de los síntomas, lo que abre una nueva vía de tratamiento similar a los trasplantes fecales para el microbioma intestinal.
Jennifer Mulligan, otorrinolaringóloga de la Universidad de Florida, ha demostrado que el análisis de mocos puede ser un método no invasivo y preciso para estudiar la rinosinusitis crónica y los pólipos nasales. En lugar de realizar cirugías invasivas, ahora utiliza el moco para identificar a los microbios específicos que causan la enfermedad en cada paciente. Este enfoque permite una medicina personalizada, donde el tratamiento se ajusta al perfil único de cada individuo, evitando los costosos y a menudo ineficaces métodos de "prueba y error" del pasado.
El potencial de los mocos va mucho más allá. Equipos de investigación de todo el mundo están desarrollando métodos para detectar asma, cáncer de pulmón, y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson a través del análisis del fluido nasal. Una nueva investigación, por ejemplo, sugiere que la cantidad de una proteína llamada IL-26 en el moco puede predecir la susceptibilidad a desarrollar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, los mocos pueden utilizarse para medir la exposición a la contaminación ambiental, incluidos metales pesados y micropartículas.
Empresas emergentes como Diag-Nose están desarrollando tecnologías de inteligencia artificial y dispositivos de micro muestreo para estandarizar y perfeccionar el análisis de mocos, transformando el diagnóstico. La Dra. Mulligan está convencida del potencial de esta sustancia: "Los mocos son el futuro de la medicina personalizada. Lo creo firmemente".
De ser un "humor" antiguo responsable del temperamento distante, los mocos han evolucionado en la conciencia científica hasta convertirse en un campo de investigación de vanguardia. Esta sustancia, que alguna vez fue considerada simplemente un desecho corporal, ahora promete revolucionar la forma en que diagnosticamos, prevenimos y tratamos las enfermedades.
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