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El impulso de quemarlo todo: ¿qué hay detrás de la mente de un pirómano?

  • Un trastorno poco conocido y rodeado de mitos, la piromanía impulsa a algunas personas a prender fuego de forma compulsiva, causando graves daños y desconcierto.

El impulso de quemarlo todo: ¿qué hay detrás de la mente de un pirómano?
El perfil oculto de un pirómano

Hace unos días, un incendio devastador consumió más de 2,400 hectáreas en Valdecaballeros, España, obligando a evacuar a cientos de personas, incluidos niños de un camping cercano. Mientras los bomberos intentaban controlar las llamas principales, la comunidad sospechaba que el fuego había sido provocado intencionalmente, debido a que en menos de un año se registraron 23 incendios similares en la zona, lo que aumentó la alerta sobre la posible participación de una persona con intenciones dañinas.


Cuando el incendio parecía controlado, apareció un nuevo foco en una zona alejada, lo que reforzó la sospecha inicial. Este caso fue reportado por el diario EL MUNDO, que indicó que detrás de algunos incendios provocados puede estar la piromanía, un trastorno psicológico que lleva a ciertas personas a prender fuego compulsivamente, sin buscar un beneficio económico o social, y que puede causar daños graves y descontrolados.


El fuego como vía de escape emocional


Jaime Terán, psicólogo clínico de la Universidad de Las Américas (UDLA), explica que la piromanía es un trastorno mental vinculado a altos niveles de ansiedad y forma parte de los llamados trastornos del control de impulsos.

“Las personas que padecen este trastorno no logran controlar o regular estos impulsos y por lo tanto seden ante ellos y los cometen", mencionó

Este impulso incontrolable hace que quienes sufren piromanía recurran al fuego como un mecanismo para liberar ansiedad y estrés acumulado. Más allá de un simple acto deliberado, prender fuego se convierte en una forma de canalizar emociones profundas y aliviar el malestar interno


El perfil oculto de un pirómano


Esta condición está reconocida por manuales diagnósticos como el DSM-5, que señalan que no se trata solo de una acción intencional, sino de una patología que responde a un impulso fuera del control del individuo. Para identificar los síntomas específicos de la piromanía, se utilizan los criterios diagnósticos establecidos en este mismo manual:


  • Incendios provocados de manera repetitiva e intencional: la persona inicia varios fuegos de forma deliberada, no por accidente ni negligencia. Es un acto planificado, con plena conciencia de lo que hace.

  • Elevado nivel de tensión antes del acto: justo antes de iniciar el fuego, el individuo experimenta una intensa excitación o malestar interno, lo que impulsa su necesidad de actuar.

  • Fascinación por el fuego: los pirómanos muestran un interés obsesivo por todo lo relacionado al fuego, desde su poder destructivo hasta la respuesta de los equipos de emergencia que acuden al lugar.

  • Sensación de placer o alivio: lejos de sentir culpa, estas personas experimentan satisfacción emocional, gratificación o incluso euforia al ver las llamas o al enterarse de las consecuencias de su acto.

  • Ausencia de motivos racionales o secundarios: a diferencia de otros casos donde el fuego puede usarse por razones económicas, ideológicas o personales, en la piromanía no existe otro propósito más allá del impulso emocional.



No todo incendio es piromanía (diferencias)


El portal AGS Psicólogos señala que, aunque tanto la piromanía como la conducta incendiaria intencional implican incendios provocados, son fenómenos diferentes. A continuación, mostramos las principales diferencias entre ambos para entender mejor cada caso.


Características

Piromanía

Conducta incendiaria intencional

Motivación principal

Impulso, fascinación por el fuego

Ganancia externa o daño

Placer/ Alivio tras el taco

Si

No necesariamente

Antecedentes psiquíatricos

Frecuentes

No necesariamente

Planificación

Usualmente espontaneo

Intencionado y planeado

¿Cómo se trata la piromanía?


La plataforma Medicover Hospitals señala que no existe un tratamiento rápido ni quirúrgico; sin embargo, el abordaje psicológico es fundamental para que la persona comprenda y controle su conducta. Entre los métodos más usados se encuentran la terapia cognitivo-conductual, familiar y dialéctica conductual.


En algunos casos, siempre tras un diagnóstico previo, se usan medicamentos para tratar síntomas relacionados, como ansiedad o cambios de humor. No existen fármacos específicos para la piromanía, pero antidepresivos, estabilizadores del ánimo y antipsicóticos pueden ser útiles como parte del tratamiento.

"Es fundamental primero elaborar un diagnóstico para diferenciar la piromanía de otros trastornos similares y tener un tratamiento adecuado, ya que generalmente incluye psiquiatras, psicólogos y terapeutas, y depende en gran medida de la evaluación inicial realizada al paciente.", finalizó Terán















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