¿Muchas horas en el celular no te deja dormir? puede que esa no sea la razón
- Redacción Qhali
- 13 oct
- 4 Min. de lectura
Por varios años expertos han advertido que la luz azul de los celulares, televisores y otros dispositivos suprimen la creación de melatonina, la hormona de la somnolencia, pero, un resiente estudio sugiere lo contrario.


Se ha aceptado que la exposición a la luz azul nos hace sentir más despiertos, lo que dificulta conciliar y mantener el sueño. Sin embargo, en un artículo publicado en The New York Times, la periodista Caroline Hopkins Legaspi exploró una perspectiva diferente, señalando que la relación entre la luz azul y el sueño es más compleja de lo que se pensaba. Los hallazgos de nuevos estudios sugieren que la luz azul por sí sola podría no ser la única, ni siquiera la principal, causa de un descanso deficiente.
Según la profesora adjunta de psiquiatría de la Universidad de Arizona, Lauren Hartstein, la evidencia que relaciona directamente la luz azul con un sueño deficiente es más "opaca" de lo que se creía. Ella y otros investigadores han analizado los estudios disponibles, muchos de los cuales son antiguos y están limitados por el tamaño de sus muestras, además de haber sido realizados en entornos de laboratorio controlados. Esto significa que los resultados no siempre reflejan las condiciones de la vida real, donde los factores que afectan el sueño son numerosos y variados. La científica Mariana Figueiro, de la Facultad de Medicina Icahn del Monte Sinaí, quien estudia la influencia de la luz en la salud, afirma que, si bien la exposición a la luz azul puede disminuir los niveles de melatonina, las pruebas no siempre demuestran que el uso de pantallas provoque este descenso.
Figueiro sugieren que elementos como la proximidad del dispositivo a los ojos, el nivel de brillo y el tiempo de uso son factores determinantes. Por ejemplo, su estudio de 2013 demostró que el uso de un iPad con todo el brillo durante dos horas causaba una leve caída en la melatonina, mientras que una hora de uso no producía ningún cambio. De manera similar, otra investigación de 2014 concluyó que ver televisión a unos dos metros y medio de distancia no tenía efecto sobre la hormona.
Sorprendentemente, algunas investigaciones también indican que la cantidad de luz solar brillante que recibimos durante el día puede influir en nuestra susceptibilidad a los efectos de la luz azul por la noche. Un estudio de 2019 con 55 participantes incluso reveló que la sensibilidad a la luz azul varía enormemente entre las personas, mostrando que un individuo necesitaba 40 veces más exposición para experimentar el mismo grado de supresión de melatonina que el participante más sensible.
¿Qué más nos mantiene despiertos?
La respuesta podría estar en la forma en que usamos las pantallas y el contenido que consumimos. De acuerdo con el psiquiatra y profesor Daniel Buysse de la Universidad de Pittsburgh, las actividades interactivas como los videojuegos, la navegación por redes sociales y las compras en línea son las peores para el sueño. Estos comportamientos activan el sistema de recompensa del cerebro, lo que puede mantenernos pegados a nuestros dispositivos hasta altas horas de la noche. Las redes sociales son especialmente problemáticas, ya que están diseñadas para mantener al usuario enganchado el mayor tiempo posible.
Lauren Hartstein añade que tanto las actividades gratificantes como las angustiantes, como desplazarse sin cesar por noticias perturbadoras o videos alarmantes, pueden estimular el cerebro de un modo que dificulta el sueño. "Puedes apagar el dispositivo, pero no puedes apagar el cerebro", señala.
Un estudio de 2024 con casi 500 adolescentes de 15 años descubrió que aquellos que jugaban videojuegos o enviaban mensajes de texto antes de acostarse se dormían más tarde y dormían menos en comparación con los que no lo hacían. En contraste, el estudio encontró que ver la televisión o películas no tenía el mismo efecto perjudicial. La psicóloga clínica Allison Harvey de la Universidad de California en Berkeley, sugiere que la elección del contenido es clave: volver a ver una serie antigua y reconfortante es menos perjudicial que empezar un nuevo y emocionante drama de suspenso, ya que si ya conoces el desenlace, es más fácil apagar el dispositivo y conciliar el sueño.
Las pantallas pueden ser un aliado
Paradójicamente, las pantallas pueden ser beneficiosas para algunas personas que luchan contra un ciclo de pensamientos negativos o la "rumiación" antes de dormir. Ver ciertos tipos de programas o leer en una tableta puede ser una herramienta para distraerse y romper ese patrón mental. Aric Prather, psicólogo de la Universidad de California en San Francisco, recomienda que el contenido debe ser lo suficientemente interesante como para servir de distracción, pero lo suficientemente aburrido como para no mantener a la persona despierta. Según Prather, el "punto ideal" es algo positivo y familiar, como una comedia.
En última instancia, lo más importante es escuchar a tu cuerpo. La profesora Hartstein afirma que si te duermes rápido, duermes bien toda la noche y te sientes descansado al día siguiente, no hay motivo para cambiar tus hábitos de uso de pantallas. "No necesitas ajustar constantemente tus comportamientos", concluye en el artículo del Times. La clave está en la forma en que los usamos, no en su existencia. El verdadero desafío puede no ser la luz azul, sino cómo gestionamos la estimulación mental y emocional que las pantallas nos ofrecen justo antes de cerrar los ojos.
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